Privacidad vs. Conveniencia: difícil decisión

A principios de este año, Google anunció la compra de Nest, la compañía detrás de los termostatos y detectores de humo inteligentes de uso doméstico. Seis meses más tarde a través de Nest, Google se hizo dueño de Dropcam una empresa especializada en cámaras de vigilancia para el hogar. No hay que especular demasiado para darse cuenta que Google continúa invirtiendo serias cantidades de dinero en buscar maneras para entrar a nuestras casas con la excusa de ayudarnos a convertirlos en “hogares inteligentes”, sin embargo, esta estrategia también abre la polémica sobre si Google será capaz de resguardar información sensible a la cual tendrá acceso y que potenciales usos hará de ella.

Apple no podía quedarse atrás en la conquista de los hogares, una de las muchas herramientas de desarrollo de nuevos Apple dio a conocer en su Conferencia Mundial de Desarrolladores es precisamente “HomeKit”, un nuevo conjunto de herramientas que le permitirá a los fabricantes de productos para el hogar inteligente integrar sus productos directamente con el sistema operativo móvil de Apple. Lo interesante de esta jugada es que Apple no anunció ningún dispositivo propio, en cambio invitaron a compañías tradicionales en la industria de la seguridad doméstica, aire acondicionado y electrodomésticos para que desarrollen productos que lleven la etiqueta “Made for iPhone”, un sello de aprobación que debe darle tranquilidad al consumidor sobre la seguridad y el manejo de la privacidad de sus datos e información personal.

Amazon, el gigante del comercio electrónico quien sufrió un estruendoso fracaso en 2014 con el lanzamiento de su teléfono inteligente “Fire”, del cual no ha logrado vender mas de 50.000 unidades y que se rumora está siendo cancelado, sorprendió a los consumidores norteamericanos con el anuncio de otro producto revolucionario llamado “Echo”. Este último intento de Amazon en términos de desarrollo de “hardware” no es un teléfono, ni tampoco una tableta, en esencia es un altavoz de muy buena calidad  unido a un asistente de voz siempre conectado similar a “Siri” de Apple, “Google Now” de Google o “Cortana” de Microsoft con la peculiaridad que “Echo” no requiere un teléfono inteligente o una tableta para operar. El dispositivo está diseñado para ser instalado en un lugar central de nuestra casa y una vez configurado, este se activará en respuesta al nombre que le hayamos asignado, ofreciéndonos funcionalidad similar a la de los otros asistentes de voz, como consultar datos en Internet, enviar mensajes, controlar el reproductor musical, o gestionar nuestra agenda. Los detractores de este tipo de tecnologías no se han demorado en especular que la segunda intención de Amazon es monitorear nuestras conversaciones y movimientos dentro de nuestro hogar con el fin de obtener un beneficio económico.

Para los aficionados al cine de ciencia ficción, “Echo” es la materialización del famoso supercomputador HAL 9000 que gobierna la nave que viaja con destino a Júpiter en la película “2001: Odisea del espacio”. Y es que “Echo” es simplemente un medio de comunicación que nos permite el acceso a una de las redes de computadores y sistemas de procesamiento y almacenamiento virtual mas grandes jamás imaginadas. La “nube” de computación que Amazon ha construido a través de los años con el fin de soportar su plataforma de comercio electrónico, hoy en día es el hogar de millones de sitios “web”. 

La pregunta que los consumidores debemos hacernos al ver la proliferación de este tipo de tecnologías que de una u otra manera intentan penetrar nuestro hogar es hasta qué punto estamos dispuestos a negociar nuestra privacidad y cuánta confianza podemos depositar en compañías que nunca han negado que sus modelos de negocio están predicados en utilizar la información que conocen de nosotros para vendernos productos o para venderla a sus anunciantes.