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Analistas 22/02/2022

Conpes 4052

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo

Desconcertante -por decir lo menos- el documento Conpes, aprobado como carta de presentación del gobierno ante el congreso cafetero y como un instrumento electoral para aquellos parlamentarios afectos al gobierno, que al mismo tiempo aspiran al respaldo del gremio cafetero, -como parece sucedió- en la ultima elección.

Resulta un verdadero contrasentido que, la única institución que tiene un órgano de concertación permanente, por medio del contrato de administración del Fondo Nacional del Café, el Comité Nacional de Cafeteros, que cuenta siempre con la presencia de los ministros de Hacienda, Comercio, Agricultura y Planeación Nacional- renuncie a decidir la política cafetera y prefiera delegarla al Conpes.

Puede ser quizás, por un capricho , pero también por buscar endosarle la responsabilidad al gobierno, -tanto la política como el presupuesto- a pesar de recaudar cerca de $400.000 millones de la contribución cafetera, para ser aplicados exclusivamente en beneficio de todos los productores.

Pretenden los directivos cafeteros, con la definición de once líneas de acción, endosar, lo que es su misión y su responsabilidad al gobierno nacional, fijándolas por diez años, pasando por encima de tres gobiernos, que como es natural y de ley, elaborarán su propio plan de desarrollo.

Precisamente definir esa política en el Comité Nacional de Cafeteros era lo que les permitía a los productores mantener la ruta ante diferentes gobiernos, -y verlos pasar- sin perderla. Por ejemplo, el crédito siempre ha sido una acción de la Federación, para llevar de la mano a los productores hasta obtenerlo; ahora, se delega en el Ministerio de Agricultura y en Finagro; es al mismo ministerio al que se le encarga promover las nuevas formas de recolección; también, de promover el crédito asociativo, esquema fracasado que parecen no recordar, cuando solo el crédito individual, con apoyo de garantías, es el único efectivo.

De la misma manera, las fuentes de financiación para la renovación de cafetales, que ya cuentan con esquemas exitosos, ahora se ponen en manos de los ministerios de Hacienda y de Agricultura. Para estabilizar el ingreso del caficultor, les asignan a los dos ministerios la tarea de educación financiera, que siempre ha sido responsabilidad de Federación. Además, les asignan a los ministerios la tarea de consolidar un sistema de información único y centralizado, para la comercialización de café a futuro, con lo que se evidencia el deseo de trasladar al gobierno el grave problema en que hoy se encuentran ante el incumplimiento de las entregas, para cumplir los contratos.

También, le asignan a Minagricultura, a Finagro y al Banco Agrario la tarea de promoción, divulgación y acompañamiento para el acceso a estos instrumentos, tarea de la esencia gremial. Pero aún más, Procolombia desarrollará una estrategia para la promoción del café tostado de origen, tarea que es misión del gremio desde 1927.

El estudio en detalle de este documento Conpes, del cual he resaltado solo algunos puntos, desconcierta porque es inexplicable que el gremio concerté con el gobierno lo que son sus funciones -y prácticamente se las entreguen a los ministerios-, que seguramente con sentido político las reciben felices, porque recuperan el manejo de la principal rama agrícola, que por años ha sido ajena a su control.

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