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Analistas 05/04/2022

Outsourcing criminal

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Criminalizado, el Estado subcontrató al mercado; los derechos fundamentales se mercantilizaron, y los servicios públicos, privatizados, también se corrompieron. Las devastadoras consecuencias son evidentes en la seguridad, la educación, la salud y las pensiones.

Verificando antecedentes, el análisis de Clavijo en ‘Gerontocracia y Mercado Laboral’ (ElTiempo.com, 5/3/2022) fue maquiavélico; a riesgo de que me descalifiquen quienes patrocinaron su paso por Anif, tal como la estancia de Montenegro en Asofondos, lo etiquetaré como parcializado, nada holístico y menos propositivo.

Eternos adolescentes, conspiraron contra la socialdemocracia. Tras desmantelar el Estado de Bienestar, dejaron sin garantías laborales a los Adultos Mayores, porque es más fácil pagar menos a quienes no tienen experiencia, o pueden darse el lujo de rebajarse. Al final, la empleabilidad configuró un embudo social, y la pensión una pirámide financiera.

Insostenible, la población económicamente activa se canibaliza; aunque la natalidad decrece, muchos capitalizan la esclavizante migración vene- zolana, y pocos disfrutan del Buen Retiro, amparado por los subsidios a las arbitrarias Mega Pensiones, entre otros Regímenes Especiales que favorecen a los sindicatos, las fuerzas armadas y los altos cargos.

Pionero de tal sadismo, cinismo o senilidad tecnócrata, el Global Pension Index mide la Adecuación, la Sostenibilidad y la Integridad del «sistema» (Mercer.com, 2021). Aunque el diagnóstico mundial es precario, Montenegro califica los Fondos de Deuda como “evolución normativa”, para especular con dichos ahorros, y Clavijo promociona una supuesta buena práctica del Grupo Empresarial Antioqueño, para apalancar la “renovación generacional a partir de los 65 años”.

Esos paradigmas y parámetros ridiculizan a los colombianos. También las prerrogativas de sus inútiles cargos; sus aberrantes salarios y su longevidad burocrática, tal como ocurre con Humberto de la Calle, sustituto de Gerlein en el Congreso, la clonada rectoría de Dolly Montoya en la Universidad Nacional, o la abonada perpetuidad de Carrasquilla en el BanRepública.

Para estimular la continuidad y la movilidad laboral, eliminen los costos no salariales: Sena y Cajas de Compensación; además, los aportes a salud y pensión deben ser complementarios, voluntarios y no recibir beneficios tributarios. También debe prohibirse la reelección en cualquier cargo público, y la transición inmediata entre ramas del poder, incluyendo la puerta giratoria que conecta con las organizaciones más influyentes del sector privado + oenegé. Que se tomen un sabático.

Además, cualquier colombiano con determinado nivel de patrimonio o riqueza no debería tener la posibilidad de ocupar cargos públicos, sean o no de elección popular, y tampoco seguir empleado por organizaciones constituidas. Que se dediquen a emprender para crear empleo, en lugar de vivir del nombre y la zona de confort; demuestren que más sabe el diablo por viejo, porque “aquellos que tienen el privilegio de saber, tienen el deber de actuar”.

Para terminar, hablamos mucho de la Gran Renuncia, pero nada de los esquiroles; acaso mencionamos el vacío pensional, pero no el existencial entre los «nini», que ni estudian ni trabajan, o, si tienen esa oportunidad, ni honran ni disfrutan sus carreras.

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