MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Todo tiene un ciclo , y aunque las personas y los demás seres vivientes tienen un ciclo de vida relativamente corto , se cree que los árboles duran aun más que los demás, y era lo que creía y pensaba creer que duraría ese viejo árbol, aquel que además de haber sido uno de los mejores gerentes de ventas que tuvo una multinacional como Colgate -Palmolive , también a su modo rudo y tosco me enseñó lo que era la sencillez y la humildad.
Y sí, el empezó a trabajar ahí iniciando los años 80 como mensajero , en una época en la que el país estaba revolucionado y había pasado de todo , y que yo siendo modelo 83 salí a ver la luz en aquel momento en el que Popayán se movió, donde la paz estaba en veremos, esto sin dejar atrás la tragedia de Armero y la visita de Juan Pablo II.
Pero el, aquel viejo árbol que para esa época rondaba los 30 años seguía avanzando en su vida y fue como llegó a ser jefe de costos que fue el cargo con el que mis recuerdos están y luego llegó a las gerencias de ventas, primero en los Santanderes y luego en la Costa y Antioquia en donde terminó su vida laboral en el área de tradicionales que lo había recibido al menos 20 años antes.
A él debo darle las gracias por todo lo que me enseñó a salir adelante desde abajo, desde el inicio sin marcar esa diferencia de clases sociales que hoy día nos quieren imponer con el cuento que el pueblo son unos y otros no, no el pueblo somos todos , y quizás todos tenemos y merecemos las mismas oportunidades para llegar a un objetivo final pero eso depende de cada persona, de cada individuo.
Dejar de estigmatizar lugares como Cuba en la que dicen que solo es de subversivos, pero que muchos olvidan que durante la época de la independencia sí, aquella de Bolívar y Santander , de ahí llegaron a luchar por esa gesta dos hermanos, Bartolomé y Fructuoso Castillo provenientes de La Habana y siendo el primero de ellos ancestro y tronco de muchos de la oposición actual.
Y así escribo esta columna revuelta de sentimientos en la que trato de despedirme de mi padre, quien me enseñó a leer y a tomar cariño por la historia, pero que también a pesar de tenerlo todo me enseñó a saber que en cualquier momento puede haber cierta austeridad y finalmente, y no menos importante, a saber que todos somos iguales, que no existe una diferencia para decidir quién es pueblo donde un presidente habla el pueblo pero que el , al igual que sus seguidores, no son capaces de responder un twiter a personas del común como cualquiera de nosotros, pero sí a personas representativas de pronto para echarse mas champú.
Hasta algún día Pa.