Pragmatismo solidario

La disyuntiva política que enfrentamos y las posiciones posibles de asumir ante la circunstancia actual, puede frente a los antecedentes sobre el talante del nuevo gobierno, llevar a sentirnos atónitos, perplejos y hasta desconcertados; pero desde mi sentir, podría convertirse en auténtico y original punto de inflexión que solucione muchas de las apremiantes demandas sociales.

Al respecto destaco que conviene pensar sobre todo en lo que nos une, dado el ambiente de polarización extrema que fractura y separa producto de ideologías y narrativas que no han hecho sino hacerle daño a la sociedad, en ambientes que fomentan el odio y el resentimiento, con libretos sesgados que moldean y corrompen conciencias débiles e impiden la libertad de la verdad.

Por eso rescato la bandera del combate frontal contra la corrupción, sin ninguna duda el mayor flagelo social de nuestro país en toda su historia, en especial en la llamada Colombia profunda, donde campea la ley de la naturaleza que despliega sin recato ni vergüenza su poder corruptor nefasto y maligno, presente en particular donde pululan las economías del narcotráfico y la minería ilegal.

Claro está que las mafias y contubernios perversos no solo se presentan en las expresiones de la ilegalidad antes expuestas, sino que viven en las pandillas de los politiqueros corruptos más avezados por todos bien conocidos, siempre parapetados en la defensa de los más pobres, pero enriquecidos y al disfrute de los privilegios de la élite a expensa de sus confundidas clientelas.

Pero igual es diáfano y así lo ha demostrado la historia, que los reinados edificados por pandillas perversas nunca duran al extinguirse por eliminación propia, a no ser que se conviertan en dictaduras y autocracias como ha sido la desgracia para los pueblos cubano, venezolano y nicaragüense, sumidos en la pobreza y aliados con países parias del mundo como Rusia e Irán.

Quiera Dios y la Virgen de Chiquinquirá que nuestro país del Sagrado Corazón de Jesús nunca transite los senderos miserables de esos países hermanos, por eso mis plegarias para que la expectativa y tal vez la oportunidad que tenemos ante el nuevo gobierno, de forma genuina y verdaderamente signifiquen el punto de inflexión esperado con ahínco para derrotar la inequidad y hallar el sendero de la prosperidad colectiva sustentable.

Por lo tanto, frente a la realidad que tenemos por delante, opté por incorporar para desplegar el apoyo político a brindarle al país, una máxima que considero la mejor expresión del pragmatismo de un estadista, me refiero a Deng Xiao Ping el mayor reformista de la China, que la convirtió en la potencia que es hoy en día al alejarla del comunismo radical y obtuso que heredó de Mao y aún tristemente vive Cuba, por lo que a finales de los años 60 del siglo pasado pronuncio en un discurso, “no importa que el gato sea blanco o negro, mientras cace ratones, es buen gato”.

Este debe ser el apoyo general solidario pragmático a la democracia, siempre y cuando no esté amenazada ni sea cooptada por fines ególatras, ahora la gran disyuntiva coyuntural.