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Analistas 20/05/2023

Presupuestos de mercadeo

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Decir que las circunstancias que nos rodean no son las ideales es quizá una redundancia. Las situaciones política, económica, y la social que no se queda atrás, no son las mejores. Para un optimista son oportunidades. Para un pesimista son una desgracia. Depende cómo se mire.

Las organizaciones todas “ajustan” presupuestos, significando ese proceso, generalmente, reducción de gastos y costos, pues casi nunca es de incrementos cuando las cosas están complicadas, lo cual también, casi siempre, implica los llamados recortes de personal. En mercadeo las comunicaciones son las que tradicionalmente más sufren.

La mayoría de los verdaderos mercadólogos saben que en épocas complicadas es cuando más debe trabajarse, y especialmente en lo comunicacional. Opinión respaldada por las cifras en todo el mundo y en todos los tiempos, como acaba de demostrarse durante los dos años y más de la pandemia.

Pero desafortunadamente la mayoría de las veces los consejos no se escuchan y menos siguen, y las consecuencias no se demoran en aparecer, desastrosas casi que por regla general.

Épocas como la actual, de cambios y “apretones” exigen medidas de choque, mucho más cuando no se ha elaborado un plan de mercadeo con juicio. ¿Quién, sufriendo de enfermedad delicada reduce presupuestos para medicinas y tratamientos médicos? ¿Acaso no se invierte hasta lo que no se tiene y se guarda siempre la esperanza de sanar y curar para mejorar? Y, ¿quién, ante dificultades familiares reduce los presupuestos necesarios para superar las crisis? Antes por el contrario, ¿no se aumentan?

Entendiendo claramente lo que es el mercadeo y pensando con cabeza fría, como se dice, se puede concluir lo que Peter Drucker dijo en 1954 cuando afirmó que “marketing es algo más que vender; no es algo especializado. Es la totalidad del negocio vista desde la perspectiva de los consumidores. Por este motivo la responsabilidad del mercadeo penetra en todas las áreas de la organización”, y que en 1973 complementó diciendo que “el objetivo del mercadeo es hacer innecesaria la tarea del vendedor como hoy se da, porque se trata de conocer y comprender al cliente de tal forma que el producto o el servicio se adapte perfectamente y se venda por si mismo”.

Cuando se viven épocas tan complicadas, llenas de incertidumbre, dudas y temores es cuando se presentan más ajustes que en las temporadas normales, los cuales son ocasionados por la constante del cambio. Hay que modificar muchas cosas, y los presupuestos tienen que adaptarse y ajustarse, pero siempre teniendo cuidado para permanecer al lado de los mercados (clientes, prospectos, proveedores, y la sociedad en general) para que cuando se superen las crisis todos puedan tener razones y motivos para ser fieles y leales a las organizaciones y sus ofertas.

Por más dificultades y contratiempos que se vivan el mundo no se detiene y los mercados siguen actuando. Todo tiene que continuar. Pero muy importante es que los presupuestos, por más que se modifiquen, no hagan que el contacto con los mercados se disminuya, porque los seres humanos necesitamos estimulación sensorial continua y adecuada. La pandemia enseñó mucho de ello. Si los ajustes se hacen bien, podrá esperarse que al superarse las épocas tormentosas, las cosas vuelvan a los cauces normales para todos, como pudiendo decir como el dicho: “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

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