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Analistas 22/08/2020

Mercadeo e Inteligencia Artificial

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Marketing digital, big data, redes sociales, relacionamiento, mercadeo sostenible, marketing de contenidos, de valores, y desde hace unos pocos años inteligencia artificial, además de muchos otros temas, han sido considerados durante esta pandemia, que ya va bastante larga, con suficiente fundamentación y análisis, siendo este último el que ya comienza a hacer hablar del marketing 5.0 y el 6.0, y a algunos con ciertos niveles de relativa tranquilidad y, obviamente, de preocupación, con razones suficientes dependiendo de la óptica bajo la cual se consideren.

Quizá la palabra inteligencia no sea la más apropiada, porque las máquinas no razonan sino que almacenan y cruzan información y datos, dependiendo de lo que se pretenda, con una rapidez imposible para la mente humana, pero nunca, ni antes, ni ahora ni en el futuro, pensando, solamente presentando resultados, si se quiere matemáticos, de combinaciones posibles en un universo casi que infinito de información almacenada, tal como ocurre con waze, siri, y Alexa, para citar algunos. Pero, inteligentes, como tal, no. Podría ser más adecuado hablar de bancos de información, pero, quizá, es más un asunto de dialéctica y semántica que de otra cosa.

Lo cierto es que la tecnología está ofreciendo al mundo, y lógicamente al mercadeo, una herramienta más para facilitar el trabajo, pues la cantidad de información que permite ser almacenada y combinada arrojando resultados en pocos segundos, a lo que ninguna mente humana puede ni siquiera acercarse, y que de otra forma sería necesario mucho tiempo, no debe considerarse como algo de temer sino más bien como una manera de favorecer lo que se pretende en el mercadeo, como es ofrecer alternativas para mejorar el nivel de vida de todos por medio de ofertas de acción que representen verdaderas y efectivas propuestas de intercambio de valores.

La llamada inteligencia artificial ya está demostrando que ofrece muchos beneficios, entre los cuales puede citarse el ofrecer mayores garantías para que quienes deben tomar decisiones lo hagan con altísimos niveles de certeza sobre los resultados que esperan obtener. En el caso del mercadeo, hay que decir que no se eliminarán nunca los riesgos, pues todo lo que se basa y depende del comportamiento humano, siempre estará sujeto a la influencia de variables exógenas que no desaparecerán, haciendo que las decisiones de los clientes dependan del llamado estado de demanda de cada quien, y que a diferencia de esas máquinas utilizadas para la inteligencia artificial que siempre arrojarán resultados que dependen de algoritmos (conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema; método y notación en las distintas formas del cálculo, según la RAE), los cuales solamente se modificarán cuando se les introduzca más información y datos que puedan variar la estructura interna, pueden ser impredecibles.

Esa IA, que a algunos preocupa, será la base del que ya han denominado marketing 6.0 para complementar el que Kotler, Kartajaya y Stewan presentarán el próximo año como 5.0 que será basado en la tecnología y emocionalidad, y que ya ha comenzado a transformar la actividad mercadológica, permitiendo obtener en segundos lo que hasta ahora toma bastante tiempo. El manejo de la información y el conocimiento no serán problema; qué hacer y cómo aplicarlos es lo que habrá que decidir. Bienvenida la IA.

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