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Analistas 13/03/2021

Errores y aciertos (y 2)

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Pensar que todo o mucho puede hacerse internamente es una tendencia muy generalizada especialmente entre pequeñas y medianas organizaciones, sobre todo porque muchas veces no se tiene presupuesto suficiente para algunas actividades como publicidad, relaciones, investigaciones, eventos y otras cosas que se trabajan con el fin de generar y mantener los mercados.

La interdisciplinariedad es algo que desde la globalización de los mercados se ha hecho más necesaria debido a que los mercadólogos no somos sino conocedores de algo de muchas disciplinas que cada día se requieren con mayor participación en las decisiones, como son las ciencias de la comunicación, la psicología, la tecnología, la neurología, el diseño, las finanzas y otras, que sumado a los cambios y exigencias de los mercados, seres humanos, tienen que ser desarrolladas y en muchos casos implementadas por personas expertas en cada materia, acorde con las indicaciones y necesidades del área de marketing.

Las circunstancias actuales de los mercados exigen que las actividades se desarrollen siguiendo planes de acción previa y adecuadamente elaborados, y la pandemia, tanto como la falta de presupuesto, ha originado que muchos no los hagan, cometiendo el error de no tener una guía de actividades para todos en la organización, y cuando todo y todos comunican siendo imposible no comunicar y se necesita que ese proceso sea integrado, la falta de planeación se constituye en grave error, sumado a ello que no pocos piensan que mercadeo hace milagros, lo cual ni se asemeja, pues el marketing exige trabajo, paciencia y actividad colaborativa.

Como tanto se ha dicho, los cambios, si no se hacen siguiendo orientaciones planificadas y estudiadas y en el tiempo adecuado, suelen ser fatales, y cuando son tantos y en poco tiempo, o frecuentemente, el mercado se desconcierta. Es lo mismo que decir una cosa hoy, otra mañana y hacer lo que no se dijo porque en el momento de hacerlo se piensa diferente.

Encerrarse, olvidando el contacto directo con los mercados, lo mismo que no atender las sugerencias, quejas y reclamos de los clientes y prospectos es un error común y frecuente, por la creencia de que “la gente no sabe lo que pasa adentro”, hecho este que se incrementó debido al aislamiento ocasionado por esta tristemente célebre pandemia. Hay que recordar que los mercados, es decir los clientes, personas humanas, son los que actúan con base en la oferta que se les hace, y son mayoritariamente seres que no hacen parte de la junta directiva y la organización además de ser los que le dan vida y la sostienen, como también los que experimentan (viven y sienten), siendo por ello necesario escuchar y valorar lo que dicen. Se necesita, y hoy existen todas las herramientas comunicacionales para ello, canales de comunicación abiertos permanentemente, pero para que produzcan los beneficios que pueden obtenerse, hay que escuchar al mercado, es decir, la voz del cliente.

La falta de compromiso de las demás áreas de la organización, y muy importante de la alta dirección, ha sido un error notorio en muchas partes porque no se ha tenido el marketing como una actividad como la describió Peter Drucker, quien dijo que toda organización tiene dos y solo dos funciones básicas: marketing e innovación. El compromiso de las directivas con el mercadeo tiene que ser no solamente real sino notorio para que pueda ser efectivo lo que se hace y orienta.

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