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Analistas 26/08/2023

El poder del miedo en mercadeo

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

No se discute que para ser exitosos hay que comenzar por llamar la atención de quienes se desea que actúen. Y para hacerlo hay muchas maneras, siendo unas más efectivas que otras. Se puede contar con lo máximo, pero si no se logra captar la atención del mercado, no se logrará mayor cosa.

A través de la historia se ha demostrado que la variable manejable de mayor efectividad cuando se trata de lograr acción en las personas, es el miedo.

La práctica del marketing se ha valido de él, siendo sí controvertido el modo como se utiliza, pues bien cabría la pregunta sobre si el fin justifica los medios, para la cual cada quien tiene una respuesta.

Si se analizan los procesos comunicacionales actuales, como la publicidad, las promociones y lo que sucede en las redes sociales por ejemplo, se puede apreciar que en los mensajes es común encontrar la utilización del miedo, que algunos consideran como principal motor del instinto del ser humano.

El escritor español Isaac Belmar, quien afirma que escribe porque no sabe hacer nada más y que en ocasiones lo que escribe se publica, en el artículo “El sucio secreto del marketing” comentó que, “tenemos miedo a estar solos, a no tener suficiente dinero, a hacer el ridículo, a ser rechazados, a no gustar, a fracasar, a perder”..., en fin, a no lograr lo que se pretende. El miedo siempre está presente en las actividades diarias de los seres humanos. Y lo sentimos más en los actuales momentos por la incertidumbre que quedó de la pandemia, por el desgobierno, por la inseguridad que se está viviendo en el país, y en todo lo que se emprende. Sin orden de importancia, los cinco tipos de miedo o temores principales son los físicos, económicos, funcionales, sociales y sicológicos, los cuales han hecho que sean cada vez más las llamadas “barreras mentales” que impiden actuar ante los estímulos que se implementan en el mercadeo, y en todo.

El desconocimiento creciente que los seres humanos tenemos al no poder estar al día en todo lo que se desea y se da, incluso en el campo de cada quien como bien afirmó Peter Drucker, hace que el miedo o temor aparezca cada vez con mayor intensidad.

Desde una óptica ética y moral ¿será adecuado utilizarlo como tanto se aprecia, sobre todo en las campañas políticas y en la actividad comunicacional del marketing? ¿Conocerán los encargados de las comunicaciones mercadológicas que se aplican en todos los escenarios, y lógico, también dentro de marketing político, el código de autorregulación publicitaria que existe en el país?

Siempre se ha indicado que la comunicación de mercadeo se inicia con llamar la atención, utilizando para ello elementos que sean generadores de acción positiva, de beneficios reales que “despierten” conexiones neuronales que tengan como resultado final algo bueno.

Pero ante la necesidad de logros inmediatos se nota cómo se continúa trabajando con el miedo para llamar la atención, pero que como cualquier herramienta del mercadeo, el miedo puede usarse de manera equilibrada y buena, o sin importar consecuencias.

Efectivo siempre ha sido y será; pero si no se usa bien los resultados serán para lamentaciones, como tantas se están dando. No es la primera vez que se trata el tema, pero…

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