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Hace 20 años, cuando la economía colombiana salía de una recesión casi no vista antes, economistas como Eduardo Sarmiento Palacio, Mauricio Cabrera Galvis, José Antonio Ocampo Gaviria y el político fallecido Luis Guillermo Vélez Trujillo, entre otros muchos, propusieron que el Banco de la República sacara dinero a circulación para cubrir el déficit fiscal.
En aquel entonces, la Junta Directiva del Banco de la República rechazó por unanimidad dicha proposición y el entonces codirector Antonio Hernández Gamarra elaboró un documento técnico en el que se daban los argumentos para no llevar a cabo dicha acción.
Igualmente, el entonces Ministro de Hacienda, Juan Manuel Santos Calderón estuvo del lado de quienes se oponían a realizar la expansión de dinero destinada a cubrir el faltante del Gobierno Nacional Central. Algo que lo colocaba en una posición difícil debido a que él era quien debía llevar a cabo las acciones para cubrir los gastos y el déficit, hasta tuvo que hacer frente a un fallo de la Corte Constitucional en el cual se ordenaba un incremento retroactivo de salarios de empleados del sector oficial.
La principal razón para no emitir dinero para cubrir el hueco fiscal fue que era una política inflacionaria, algo sustentado históricamente y consignado en el Libro en “En qué momento se Jodió Colombia” en el capítulo titulado “El momento en que la inflación se tomó a Colombia” escrito por el exministro de Hacienda, Rodrigo Llorente Martínez.
Llorente explicó que las “emisiones de curso forzoso” que son créditos del emisor al Gobierno y se representan en emisión de dinero, hicieron que la inflación llegará a niveles superiores a 20%. Incluso, en 1990 la inflación fue de 32%. Algo que salió barato teniendo en cuenta que hubo países con inflaciones superiores a 1.000%.
Ahora que se propone desde la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) un crédito del Banco de la República al Gobierno para salvar el tejido empresarial afectado por la pandemia, en principio esa opción no debería tenerse en cuenta dados los argumentos de hace 20 años cuando se propuso algo similar y lo que la experiencia expuesta por el exministro Llorente dejó en su momento.
Sin embargo, los técnicos del Banco de la República y del Gobierno tienen todo el espacio para estudiar la viabilidad de lo que hoy se plantea, aunque dudo que el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla Barrera, y los miembros de la Junta del Emisor consideren que dicha acción sea posible.
En primera instancia la respuesta a la propuesta de la Andi es una negación. Posteriormente, vendrá todo el debate que por consiguiente tienen tanto el planteamiento como las decisiones que se tomen al respecto.
“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”, frase con la que se cita a Napoleón Bonaparte y al filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana entre otros muchos y que aplica para esta idea del sector empresarial colombiano.
No podemos ignorar que en el pasado hubo más argumentos en contra que en pro para otorgar un crédito del Banco de la República al Gobierno. Sería difícil pensar que en el caso en el cual autoridad monetaria ceda a la idea de los empresarios no se pondría en riesgo la economía con los costos que trae la inflación.
