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Analistas 06/09/2025

Las uvas están verdes

Amylkar D. Acosta M.
Docente de la Universidad Externado de Colombia

La devolución de dos títulos al Estado por parte de Prodeco-Glencor tuvo lugar en 2021. Falló el gobierno Duque al no proceder a recibirlos y ofertarlos. Llegó este gobierno y el entonces presidente de la ANM, Álvaro Pardo, dijo que en este cuatrienio “no se van a entregar más contratos de gran minería a cielo abierto y lo vamos a cumplir “ y lo han cumplido. Y después de más de tres años de este Gobierno es que se les ocurre dizque activar el llamado por él como “corredor de la vida” y que con tal fin van a “revisar proyectos” ¿Cuáles? Es la pregunta.

Como es bien sabido todo proyecto debe pasar por un proceso de maduración, ¿que empieza por su identificación y priorización? Luego el perfil del mismo, su estructuración, diseño y entonces será cuando se pasa a la fase de ejecución, para lo cual es indispensable la asignación de los recursos para su financiación. Todo ello se toma su tiempo, los proyectos no se pueden madurar a punta de periódicos como los aguacates. Les alcanzará el tiempo o estos anuncios no pasarán de ser meros espejismos, para después decir como en la fábula de la zorra y las uvas, al no poder alcanzar un racimo de ellas, ¡Se disculparán diciendo que están verdes y amargas!

Consumo mundial de carbón
Gráfico LR

Con el cierre de las minas Calenturitas y La Jagua, además de su impacto en el empleo, dejando cesantes a más de 5.000 trabajadores y de privar a la Nación, al departamento del Cesar y a los municipios de importantes ingresos ($500.000 millones anuales), amén de US$5.100 millones en divisas que le dejan de ingresar al país, al dejar de extraer y exportar 15 millones de toneladas de carbón al año.

El Gobierno se vanagloria y hace alarde aduciendo que esta es la contribución de Colombia a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, GEI, causantes del cambio climático. Pero, la realidad es otra, el mundo no deja de consumir carbón por el hecho de que Colombia deje de extraerlo y exportarlo. Eso es pensar con el deseo, pues, según la Ley de Keynes, toda demanda crea su propia oferta, así es que mientras haya quien consuma carbón habrá quien lo extraiga y lo venda y esos serán los países que compiten en el mercado de carbón con Colombia. En fin, con decisiones tan absurda como las tomadas por este Gobierno, de marchitar prematuramente la industria del carbón, Colombia termina quedándose con el pecado y sin la gracia.

Es una falacia la afirmación del presidente Gustavo Petro en el sentido que “el mercado mundial de carbón se está acabando”, que “el mercado mundial piensa lo mismo que yo, que el mundo ya no compra carbón”. A despecho de la transición energética, hoy más que nunca el mundo está comprando y consumiendo carbón, las cifras, que no mienten, muestran que la demanda de carbón lleva cuatro años batiendo su propio récord.

En efecto, en 2022, un año después del cierre de estas minas, alcanzó un récord histórico al registrar, según la Agencia Internacional de Energía, AIE, 8.415 millones de toneladas, para escalar hasta las 8.700 millones de toneladas en 2023 y luego hasta las 8.787 millones de toneladas en 2024 y se proyecta que para 2028 el consumo mundial de carbón alcanzará los 9.000 millones de toneladas. Lo propio ocurre con el petróleo, en 2023, por primera vez el consumo global superó la barrera de los 100 millones de barriles/día, en 2024 alcanzó los 103 millones de barriles/día y según la AIE se calcula que este año la demanda crecerá en 730.000 barriles más y se pronostica que para el año entrante se elevará nuevamente hasta alcanzar los 104,23 millones de barriles/día ¡Definitivamente dato mata relato!

De modo que estas afirmaciones del presidente Petro, para utilizar la expresión del premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, está fuera de lugar, “a las afueras de la realidad”. Razón tenía la célebre escritora británica Virginia Wolf cuando afirmó que era más fácil matar un fantasma que matar a una realidad.

Según el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, en línea con el pensamiento del presidente Petro y siguiendo a pie juntillas sus instrucciones plantea que “el mundo va a dejar de depender del carbón y el petróleo, debemos anticiparnos y diversificar la economía”. Pero no por madrugar amanece más temprano, no es posible llegar a la tarde sin pasar por el mediodía, diversificar la economía toma tiempo y para lograrlo se precisa contar con los recursos y hoy por hoy el carbón y el petróleo son las principales fuentes de los mismos. No se cuenta aún con fuentes alternativas.

El hecho cierto es que mientras el mundo consume más y más carbón y petróleo, la producción y exportación de carbón y petróleo vienen a la baja en el último año y medio, mientras tanto el desempeño del sector de minas y canteras tuvo una caída de -5,2% en 2024 y en el primer semestre de este año la contracción fue mayor, de -10,2%. Y ello se explica en gran medida por desaliento y el desincentivo deliberado por parte del Gobierno Nacional, mediante una mayor carga impositiva y el freno a la actividad extractiva. De manera que estamos en presencia de la desaceleración inducida de este sector y de su marchitamiento prematuro inducido.

Bien dijo John Maynard Keynes, el más célebre economista después de Adam Smith y David Ricardo, en una carta abierta al expresidente de EE.UU., Franklin Delano Roosevelt, en 1933 le advirtió que “apresurarse sería dañino cuando lograr la meta de largo plazo es más importante que el resultado inmediato”. Y esa “meta de largo plazo” no es otra que la transición energética, que deberá darse de manera gradual, progresiva, inteligente y sin precipitaciones, que comprometan y pongan en riesgo la seguridad energética del país. Y ello ha llevado al presidente Gustavo Petro a vanagloriarse del supuesto “éxito” de su “nuevo modelo económico”, aduciendo que mientras bajaba el PIB de minas y canteras en 2024, la agricultura creció 7,6%. Pero, ¡Este no pasa de ser un falso positivo!

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