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Analistas 20/12/2023

Perspectivas 2024

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

La desaceleración de la economía en 2023 fue parte de un proceso de ajuste que termina un ciclo económico atípico que incluyó una pandemia y su posterior proceso de rebote. Este último generó desbalances en muchas economías a nivel mundial que pasaron a ser corregidos por la acción de los bancos centrales.

Las proyecciones para Colombia en 2024 muestran que el entrante será otro año retador en el frente económico. En materia de crecimiento, las proyecciones actualizadas empiezan a mostrar una cifra que apenas estaría en un rango entre 1% y 1,5% real para todo 2024. Las tasas de interés altas en buena parte del año y la afectación actual sobre los niveles de inversión juegan en contra del desempeño económico del año entrante. En este caso, una profundización del fenómeno de El Niño y el mantenimiento de las dificultades de ejecución del presupuesto público, teniendo en cuenta además unos gobiernos locales apenas empezando, son riesgos a la baja que podrían matizarse si se logran implementar medidas que impulsen la vivienda y las obras civiles.

Controlar la inflación continuará siendo el principal reto macroeconómico y allí las noticias son positivas pues las proyecciones evidencian que empezaremos a acercarnos a la meta del Banco de la República (BR). En efecto, cerrar cerca de 5% en 2024 dará señales positivas en materia de expectativas, aunque la velocidad de reducción dependerá de qué tanto afecta El Niño a los precios de los alimentos, cómo se da el incremento del precio del Acpm y qué tanto sube el salario mínimo. Con esto, la tasa de interés de referencia del BR podría bajar un poco más de 400 puntos básicos a 8,5%-9% al cierre de 2024, pero con un primer semestre con reducciones más lentas a las esperadas hace unos meses.

Con esa dinámica de reducción de tasas y un crecimiento lento, la cartera bancaria crecería a 2,3% real el año entrante. El sector financiero se recuperaría lentamente de un difícil 2023, pero el impulso adicional podría venir por el lado de la articulación con el sector público en redescuento y garantías.

El desempleo se volverá a elevar hasta 10,8% promedio en todo 2024, luego de un cierre de 10,3% en 2023. El año entrante se materializarán los efectos de la desaceleración, en un momento donde los impulsos de empleos temporales, como en época electoral, no estarán presentes.

Los déficits gemelos seguirán su senda de corrección. En el caso de la cuenta corriente, 2024 traería un nivel de -3,6% del PIB, similar al de 2023, pero mucho mejor a -6,3% de 2022. El problema aquí es que gran parte de ese ajuste está ocurriendo por una reducción de las importaciones.

Por su parte, el déficit fiscal llegaría a -4,4% del PIB en 2024. En este frente, lo más importante es seguir honrando lo mandado por la Ley de Regla Fiscal (sin contabilidad creativa), pues es el mecanismo para mantener la credibilidad en los mercados y que se reduzca la prima de riesgo.

El 2024 será desafiante. El lento crecimiento proyectado limitará los avances sociales. La buena noticia es que los tres grandes desbalances económicos (inflación y déficits gemelos) mantendrán su corrección. Para poder aprovechar los años venideros será necesario un énfasis en mejores políticas públicas en algunos sectores y un discurso que potencie la confianza del sector privado, e impulse decididamente la inversión.

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