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Analistas 28/04/2020

Al mal tiempo, buenas prácticas

Alejandro De La Torre
Médico epidemiólogo Director Científico, Centro Médico Imbanaco
Analista LR

Muchos colegas me han preguntado mi opinión sobre la actual pandemia causada por el nuevo coronavirus (covid-19) y cuáles son las lecciones aprendidas. Pienso que todavía es muy temprano para sacar lecciones aprendidas, pero esta coyuntura al día de hoy sí nos ha enseñado algunas prácticas que quisiera resaltar. Al momento de escribir esta columna, según datos del Instituto Nacional de Salud (INS), habían 2.744.744 casos confirmados en el mundo, 5.142 en Colombia, con una letalidad de 4,5% y un 20% de personas recuperadas.

El primer aprendizaje es que ante un virus como el covid-19 que se propaga muy rápido y a gran escala, la capacidad de respuesta de los países es muy limitada. Este virus amenaza la condición humana, afecta nuestro modo de vida y ha producido una perturbación económica y social.

Lo segundo, a nivel de los gobiernos, en una pandemia así es determinante el liderazgo de las autoridades en la toma de decisiones efectivas rápidamente. En este sentido, hay que resaltar que la reacción de nuestro gobierno ha sido oportuna, para desde el sector salud movilizar a todos los sectores en pro de la acción. Esto ha permitido tomar las medidas necesarias de precaución para frenar la transmisión y proteger el sistema de salud. En otras palabras, aplanar la curva epidemiológica. Para los que no están familiarizados con este concepto, esto significa generar una respuesta que permita distribuir la aparición de casos infectados en un tiempo lo más amplio posible, para así evitar el colapso del sistema hospitalario.

A nivel del país, esta situación también nos ha mostrado la importancia de que haya una buena comunicación entre la comunidad científica y los actores políticos. En Latinoamérica hay países donde sus líderes, con un discurso populista y demagogo, han hecho ver a las comunidades científicas como una élite lejana, desconectada de la realidad y la comunidad y, por lo tanto, sus opiniones no son tenidas en cuenta. Es clave que el mundo entienda que los aportes de la ciencia y el conocimiento científico son material vital para afrontar los retos del día a día y contribuyen al desarrollo sostenible.

En el sector salud, lo primero que se hizo evidente, es la debilidad de los sistemas de información y vigilancia, lo cual es un común denominador en los países de la región. Los sistemas actuales de información en Colombia no son integrales y en la mayoría de los casos recopilan y producen datos e información redundante e inconsistente. Incluso en los casos en que se produce información rutinaria para la administración, rara vez son usados en la planificación y en la dirección de acciones de salud.

Pero como siempre, no todo es negativo. Creo que esta pandemia ha servido para impulsar la digitalización de la medicina. Específicamente se han acelerado los procesos de desarrollo tecnológicos dirigidos a fortalecer la atención de pacientes a través del uso de las TIC, tales como la telemedicina. Hoy en día algunos centros hospitalarios están ofreciendo la modalidad de consulta virtual, lo que permite mejorar la oportunidad de la atención y ampliar la oferta de servicios en áreas distales. Esperamos que estos desarrollos se mantengan y se institucionalicen y se fomente la innovación en esta área.

Finalmente, quiero señalar que es necesario no bajar la guardia, continuar con las principales medidas de prevención, tales como aislamiento social, detección y diagnóstico. El país deberá tomar decisiones difíciles para equilibrar las demandas de respuesta al covid-19 y, al mismo tiempo, participar en la planificación y la acción coordinada para conservar la prestación de servicios sanitarios esenciales, e ir pensando en acciones concretas para reactivar la economía.

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