Couching, “muy buen bastón, muy mala muleta”

Gerente es una persona que realiza tres acciones: acerca el futuro soñado al presente realizado, identifica en su equipo lo mejor de sus integrantes y su interacción, y logra el mayor provecho de los recursos disponibles. Así, visualiza un futuro que no ven otros y lo construye día a día; descubre y potencializa las fortalezas que tiene cada integrante de su equipo y las que se generan cuando estos se juntan para trabajar, sin quedarse en planes de mejoramiento de “debilidades”, que tal vez no lo son ni se puedan superar; obtiene los mejores resultados de los recursos que tiene a la mano, partiendo de las condiciones naturales con que cuentan los humanos que conforman su círculo organizacional más cercano. Para lograr estos cometidos usa sus propias fortalezas, entre las cuales están la comunicación y el acompañamiento permanentes. Un conjunto específico de herramientas se las proporciona el Coaching Ejecutivo

Tomada del término húngaro Kocs (carnero), la palabra coach es una anglización del dispositivo de transporte importado para uso del correo en el Reino Unido. El coaching es el proceso que desarrolla un coach, es decir, “transportar” personas o carga de un punto determinado a un punto deseado. Como acción de acompañamiento a individuos y equipos, surge en Inglaterra en los inicios del siglo XIX, específicamente en el contexto universitario de Oxford y Cambridge, siendo usado tanto en el Oxbridge Boat Racing, como en la preparación de exámenes de los estudiantes, en los que se buscaba ganar una competencia o ganar los exámenes.

El Coaching Ejecutivo es la aplicación de este concepto al campo organizacional. Consiste es una práctica (no tan nueva) que mediante la conversación socrática y el seguimiento a la acción propia y de los integrantes de su equipo, utiliza técnicas interdisciplinarias para propiciar el reconocimiento de capacidades, obstáculos mentales y pragmáticos, y maneras de poner éstas en juego en planes de acción para el logro de los objetivos que hacen posible la realización de la visión.

Como diría Stanley Saville en 1881 (sí, siglo XIX), “el coaching es muy buen bastón y muy mala muleta”, pues no reemplaza, sino que potencia lo real y existente como capacidades, esfuerzos de aprendizaje, comunicación, acciones individuales y colectivas, trabajo consigo mismo y con los demás. Algunos usos equivocados del Coaching integran en su práctica conceptos que conducen a esperar resultados mágicos y milagrosos que no van a ocurrir, pues con el Coaching se puede aplicar el dicho “Quod natura non dat, Salmantica non præstat”.

Si bien un gerente no es coach de los individuos de su equipo, sí que puede utilizar herramientas Coaching que le aportan elementos prácticos para realizar conversaciones, mantener el foco en el objetivo, descubrir lo que a él mismo y a su equipo les impide al momento de utilizar sus capacidades, generar alternativas de acción a partir de condiciones reales y posibles, implementar estas acciones, mantener especificidad en el seguimiento y, sobre todo, entregar responsabilidades a sus dueños. Campos como la definición e implementación de la Estrategia, las acciones comerciales, la inspiración al equipo, la implementación de cambios y la dirección de la organización son objeto de aplicación de herramientas del Coaching Ejecutivo.

Ante todo, un Gerente es un Gerente y tiene claro su objetivo: lograr la realización de la estrategia definida para la consecución de objetivos organizacionales. La práctica de un Coaching Ejecutivo que va a las raíces (y no todas las prácticas actuales lo hacen) es una muy buena herramienta para un Gerente que sabe que la visión de futuro se construye, que los integrantes de su equipo ponen en juego sus capacidades cuando interactúan con un inspirador, y que los mejores resultados se obtienen con un sistema de planeación y acción que dinamiza los recursos disponibles.