Ola de reformas pensionales que recorre la región

La última vez que Colombia debatió a fondo sobre su sistema de seguridad social, especialmente el componente de las pensiones, fue durante el gobierno de César Gaviria cuando puso en la escena política la novedosa, pero también polémica, Ley 100 que rediseña la salud, las jubilaciones, las cesantías, los riesgos profesionales y el debilitado sistema público que funcionaba en ese momento. De eso hace más de un cuarto de siglo y aún no se han reglamentado muchas cosas del sistema que se quedaron en obra negra. Y si por Colombia las cosas se hacen imperativas cuando de reformar la seguridad social se trata, especialmente las jubilaciones, por la región ya soplan vientos de cambio ante la realidad del envejecimiento de la población. Fue un tema que brilló durante la campaña presidencial del año pasado y al cual los candidatos de entonces eludieron para evitar comprometerse a fondo o no tocar asuntos tan espinosos como cuál es la edad de jubilación más adecuada más allá de 2020, cuando los avances de la medicina han permitido extender la expectativa de vida mínimo a los 80 años, la vida sana ha ganado terreno en todos los países y, lo que no es menor, no hay una razón de peso que justifique, por ejemplo, que las mujeres tengan la obligación de retirarse del mundo laboral a temprana edad de 57 años.

El Gobierno Nacional descartó enfrentar el tema durante su primer año de mandato para no juntar cosas tan complejas e impopulares, pues la reforma tributaria llamada Ley de Financiamiento y la discusión del Plan Nacional de Desarrollo, desgastó las relaciones del Ejecutivo con el Legislativo y se expuso a un desgaste temprano, en medio del cual el debate profundo sobre el nuevo régimen pensional en Colombia no se iba a dar tal como la realidad laboral y social lo requieren en un país que comparte las justificaciones de motivos que han obligado a una inminente reforma pensional en México, Perú y Chile, dicho sea de paso, países de la Alianza del Pacífico que comparten sistemas muy parecidos y situaciones económicas semejantes. En todos, la edad de jubilación y la coexistencia de dos sistemas, uno público y otro privado, son los ejes centrales de las discusiones. No es un hecho menor que la edad de jubilación determina todos los planes de rediseño del sistema y que no se puede debatir sobre pensiones sin tocar en qué momento deben jubilarse las personas. Ahora que arranca una nueva legislatura, la prioridad del Gobierno debe ser crear un espacio de consenso de todas las fuerzas políticas para realizar las reformas necesarias para las pensiones, pues la llamada “bomba pensional” es una realidad que no debe irse aplazando o agrandando con todos los beneficios que conservan quienes se mantienen o se han pasado para Colpensiones. Es un debate que no da espera y que pondrá a prueba al Gobierno Nacional en el sentido de verdaderamente dejarle un gran legado al sistema de seguridad social vigente desde hace muchos años y que bien vale la pena revisar, tal como lo empezaron a hacer países similares.

Está en marcha una misión o consejo de expertos sobre el tema, pero eso solo es un comienzo; la verdadera tarea la debe hacer el Gobierno con el Congreso para que no hayan posturas populistas o irresponsables en un asunto que es dorsal para la salud de las finanzas públicas y el buen retiro de los trabajadores colombianos.