No le están saliendo las cosas a Dilma

El desempleo en Brasil subió a 5,9% en febrero, su cifra más alta en los últimos dos años; el producto interno bruto se contrajo 0,1% y se predijo una contracción de 0,5% para este año; la inflación para 2015 rondará 7,9%, y hoy se conocerá el PIB del cuarto trimestre y no parece que las cosas saldrán bien. Y si a esto se suma la dificultad que ha tenido el gobierno de Dilma Rousseff para reducir el déficit presupuestal,  todo parece indicar que poco a poco se enfrenta a verdaderos ajustes, como puede ser una subida de impuestos, lo que podría frenar la economía. La confianza de los consumidores tocó su punto más bajo en marzo desde la creación del indicador en 2005.

Medios de comunicación de gran influencia en la región, como los diarios Wall Street Journal y Valor, detallan que el gran problema no son las decisiones políticas que deban ser adoptadas, el gran lío para la Presidenta es la falta de credibilidad por los recientes escándalos de corrupción que han golpeado a la gran empresa estatal, Petrobras. Dice el WSJ que “no obstante, no todo han sido malas noticias para Rousseff esta semana. El lunes, la agencia calificadora Standard & Poor’s dijo que mantuvo la calificación de crédito de Brasil en grado de inversión con una perspectiva estable. Algunos temían que S&P rebajara la calificación, pero la firma citó el plan económico como su razón para no hacer cambios y dijo que espera que la presidenta y el Congreso continúen apoyándolo”.

El gran problema popular en Brasil es el renacimiento del desempleo por la sentida desaceleración de su PIB. A los ojos del diario estadounidense, “el desempleo ha comenzando a subir, desde 4,3% en diciembre a 5,3% en enero, Rousseff podría estar perdiendo una de las pocas ventajas políticas que le quedan (...)  Mientras tanto, el informe sobre inflación y la economía del banco central, publicado ayer, mostró que la perspectiva del banco sobre la economía se ha oscurecido considerablemente. La contracción prevista del PIB de 2014 fue una revisión respecto al informe anterior, publicado en diciembre, que calculaba un crecimiento de 0,2%”.

La situación de Brasil es casi un espejo de lo que sucede en la economía de su gran socio comercial, China, que desde hace dos años dejó de crecer a los niveles que venía haciéndolo desde los comienzos de este siglo. Brasil no ha logrado superar el nivel de 7,5% de crecimiento que registró en 2007, y si miramos los datos de China nos damos cuenta que también está frenado y las tasas de 10% de otros años ya no se ven más, por ahora. Brasil se acostumbró a mover su economía con grandes obras de infraestructura y una dinámica comercial vibrante con China, pero sus dos pilares de crecimiento y desarrollo han perdido fuerza.