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No se puede pretender que el presidente deje de viajar a eventos y foros internacionales que reclaman su presencia, más aún, debe tener una agenda propia acorde a un mundo globalizado
Una de las mejores noticias económicas del primer trimestre del año fue el crecimiento de 68,6% de la inversión extranjera directa a la luz del último informe de balanza de pagos del Banco de la República, que alcanzó US$3.335 millones muy por encima de la cifra del año pasado, cuando solo llegó a US$1.111 millones. Lo mejor es que 56,1% llegó gracias a sectores no mineroenergéticos, que atrajeron US$1.872 millones. Las manufacturas recibieron recursos externos por US$515 millones, un aumento de 301,8% en comparación con el mismo trimestre de 2018. En el segmento de petróleo y minas recibió flujos de capital foráneo del orden de US$845 millones, con un aumento de 74,8%. Son cifras elocuentes que no solo deben crecer mucho más, sino ayudar a cambiar la percepción de que los viajes del Presidente son innecesarios en un mundo interconectado y globalizado. Claro que mucho del comportamiento de la inversión extranjera directa se debe a la gestión del Presidente y a la confianza que él genera en los escenarios internacionales.
No hay que parar en esa agenda propia de diplomacia por los negocios y las inversiones que tiene como meta atraer inversión foránea a sectores no minero energéticos por US$11.500 millones en 2022. Colombia debe seducir megaproyectos de inversión de alto impacto, con incentivos tributarios sectoriales como los que se han diseñado con el programa de Regiones Estratégicas de Internacionalización Prioritaria, unas zonas francas repotenciadas y reuniones en el exterior con potenciales inversionistas interesados. Y en esa tarea, Iván Duque, no tiene remplazo pues comunica el nuevo país, alejado de la política local asfixiante que pretende mantenerlo acuartelado respondiendo a viejas rencillas de expresidentes y caciques políticos. Quizá lo que no se ha sabido comunicar desde Casa de Nariño es que Duque es la piedra angular de una nueva generación más global, más eficiente y alejada de las tramoyas que han mantenido al país en el subdesarrollo.
Seguro que los resultados de su último periplo por Gran Bretaña no serán inferiores. El llamado, Colombia Inside Out 2019 logró promover la internacionalización del mercado de capitales y la atracción de más inversión extranjera directa. Reunió a representantes gubernamentales de alto nivel, empresas listadas en la Bolsa de Valores de Colombia en torno a proyectos de energía e infraestructura con compañías europeas e inversionistas. El evento fue organizado por ProColombia, la Bolsa, la Embajada de Colombia en Gran Bretaña, la Cámara de Comercio Británica y Colombiana y entidades externas como el Departamento de Comercio Internacional y el Departamento de Asuntos Exteriores. Hubo espacio para impulsar las industrias creativas, se hicieron acercamientos con instituciones británicas líderes globales, no se puede olvidar que los ingleses son líderes en las industrias creativas que representan más de 10% de su PIB. Se hicieron acercamientos con instituciones de la talla de la Universidad de Artes de Londres, el British Council y el sector de FinTech de la City. Fue clave el interés por las energías renovables, dicho sea de paso que cuando comenzó su Gobierno había 60 MW instalados, hoy son 120 MW y para 2022 serán 1.500 MW. Ese enfoque de las nuevas tecnologías, el ambiente y los emprendimientos requiere de salir con un maletín a andar el mundo para no solo buscar inversiones, sino aliados en la nueva ruta del país.
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