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EDITORIAL

La economía espera a los candidatos

viernes, 25 de marzo de 2022

El próximo presidente se elegirá en el terreno económico, en donde lo importante no es el qué hacer en reformas estructurales, sino el cómo avanzar sin destruir lo construido

Editorial

Todos los aspirantes a la Presidencia de Colombia coinciden en la prioridad de las reformas estructurales inaplazables en el campo tributario, pensional, laboral, comercial y la profundización en el sector agroindustrial; muchos de esos temas sugeridos, planteados e impuestos por las agencias calificadoras de riesgo la banca multilateral y la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económicos (Ocde). El problema de los debates económicos y de la exposición de motivos de tales reformas económicas no es el qué, es cómo los van a desarrollar o lograr, pues pocos aterrizan en que tendrán que hacer mucha política y negociación, pues ninguno de los presidenciables goza de mayorías en el Senado o la Cámara de Representantes, recién elegidos.

Por ejemplo, cualquier reforma tributaria estructural de la que todos hablan como urgentes, debe ser radicada en la comisión cuarta de la Cámara y eventualmente va a estar presidida por un miembro del Partido Liberal, que logró 35 representantes, pero para que avance en su trámite, deben estar trabajando una coalición fuerte que actúe como una verdadera aplanadora legislativa contra quienes se opongan a dicha iniciativa, hoy primordial para los candidatos.

El mismo ejercicio se puede hacer para la reforma al régimen laboral que genere empleo, reglamente el trabajo por horas y enfrente el lobby de los gremios de la producción, o el asunto espinoso de la reforma al régimen pensional colombiano que se ha puesto de moda por estos días y que ha enfrentado ideas clásicas y neoliberales en torno al papel del Estado en el manejo del ahorro pensional. La ideologización del Congreso de la República está servida y eso se va a notar cuando se discuta en las comisiones quintas del Legislativo cuál deberá ser la hoja de ruta a seguir en materia petrolera, gasífera o minera. La composición de esas comisiones será fundamental para que el Presidente de turno pueda avanzar y no ser inferior a las promesas que hizo en campaña.

Todos hablan de lo que harán en sus cuatro años con gran facilidad e inocencia, quizá, pero se olvidan que desde el pasado 13 de marzo ya hay una composición en Senado y Cámara que será determinante para ejecutar un plan de Gobierno o echar a andar un Plan de Desarrollo del cuatrienio. La actual campaña por la Presidencia es otra, distinta a la de antes de marzo, debe ser mucho más política, estratégica y seductora a aliados; debe tejer acuerdos con los ya elegidos para que los colombianos puedan darse cuenta de que las reformas propuestas por un candidato pueden ser una realidad.

En el partidor por la Presidencia para el período 2022-2026 no hay ningún candidato de partido tradicional, más sin embargo, en el Congreso ya están instalados los partidos determinantes para la próxima legislatura. Podría decirse que cualquiera que llegue a la Casa de Nariño se jugará su gestión en las buenas relaciones que tenga con un Congreso bastante ideologizado en lo económico. La economía, la finanzas y los negocios están esperando a los candidatos para preguntarles cómo van a garantizar las reformas estructurales con un Senado y una Cámara tan divididos y enfrentados en posiciones básicas sobre el papel del Estado en varios sectores y la cascada de subsidios con los que esperan darle solución a los problemas más neurálgicos, sin identificar de dónde saldrán los recursos.

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