La agridulce noticia del barril de petróleo caro

El pasado marzo el barril de petróleo rondaba los US$150 en promedio de sus dos referencias y los pronósticos hablaban de que al final del año, una vez entrara el invierno en Europa, ese precio podría duplicarse. Los vaticinios se hacían solo un mes después de que las tropas rusas entraron en Ucrania. Ya estamos en la recta final de 2022, la guerra se mantiene y el costo del barril difícilmente se sostiene por encima de US$100, lo que dispara la angustia de los países productores de no lograr beneficiarse, quizá, de la que puede ser la última gran bonanza petrolera, antes de que el boom de las energías sepulte los combustibles fósiles. La Opep+, que agrupa a países productores de petróleo, más Rusia, se reunirán mañana en Viena para planear una nueva reducción de producción de petróleo de más de un millón de barriles diarios y seguir manipulando la oferta ante una demanda de crudo creciente ante un frío invierno golpeado por la reducción de gas proveniente de Rusia, una inflación que no cede y la recesión golpeando a la puerta de todos los países.

En Colombia, el Gobierno Nacional no ha revisado el marco fiscal de mediano plazo aún, pues se ha concentrado en su reforma tributaria y sacarla antes de diciembre, pero las cuentas precedentes elaboradas por la anterior administración se hicieron una cotización del crudo de US$70 por barril y se estima que por cada dólar adicional le estarían ingresando US$130 millones a las arcas nacionales. Estos ingresos adicionales se verán en los ingresos y utilidades de Ecopetrol, que registró cifras récord el año pasado y que se han mantenido con creces durante el primer semestre. La Energy Information Administration hizo cuentas de entre US$88 y de US$83 para todo el año, mucho más bajo de lo que se está viendo y si se aplica este promedio de precios del barril, a Colombia le estarían ingresando unos US$1.560 millones adicionales a los esperados por el Ministerio de Hacienda y el mismo Ecopetrol.

Vale la pena decir que esta buena situación económica, vista desde los altos precios del mayor producto de exportación, en términos de ingresos, no se trasladan inmediatamente a la realidad nacional, en especial al precio de los combustibles, que dicho sea de paso, no necesariamente se mueve a la par del precio internacional del petróleo. El gran impacto de los altos precios del petróleo en los mercados internacionales está en el sector agropecuario: los insumos derivados del petróleo también incrementan como los plásticos y los fertilizantes, entre otros. Es más, la gasolina para aeronaves no se produce en Colombia en altas cantidades que satisfagan la demanda de las empresas y debe ser importada, por tanto el alza del petróleo, dispara los productos de las refinerías y las compras tendrán precios que no se compadecen al valor de las exportaciones.

Siempre la noticia de que el petróleo sube y que al país le entrarán recursos extras es agridulce: dulce porque el Ministerio de Hacienda recibirá dinero de impuestos y de Ecopetrol, que le ayudarán a robustecer los presupuestos públicos, pero agrias porque a los consumidores les corresponde pagar combustibles más costosos, comprar productos agropecuarios caros y pagar tiquetes aéreos por encima del promedio internacional. En pocas palabras: dulce para el Gobierno y agrio para el consumidor.