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Comportamiento del dólar y petróleo
Petróleo, café y cacao, son algunas de las materias primas que comenzaron 2025 con buenos precios, la pelota está en cancha de la infraestructura para generar competitividad
Si la economía existiera fuera de la esfera política, 2025, pinta como un buen año en términos de fundamentales: la inflación es muy alta, pero su tendencia es buena muy a pesar del estancamiento en su caída registrada en el pasado diciembre; el desempleo está casi anclado en una cifra en casi 2,3 millones de colombianos en esa condición desde hace tres meses; las tasas de interés están bajando muy despacio, aunque más rápido de lo esperado y las exportaciones pueden aumentar, máxime si se tiene en cuenta que las materias primas están en sus mejores precios desde hace varios meses.
El único nubarrón es que la crispación política aumente en este año electoral y el sistema productivo se frene como consecuencia de la pugnacidad gubernamental contra sectores productivos o que la oposición no sea consciente del momento económico de los países emergentes.
El barril de petróleo, la exportación más importante de Colombia, ha subido a su mejor nivel en cuatro meses al alcanzar el WTI US$78 y el Brent US$81. Una buena noticia para las comprometidas cuentas de Ecopetrol, que hace dinero si el barril se vende por encima de US$35.
El café, que es el segundo producto más exportado por la economía colombiana, vive una auténtica bonanza desde hace un par de años cuando la producción casi alcanza 14 millones de sacos, la carga de café supera los $2,700.000 y la libra en los mercados internacionales supera los US$3,5.
La otra materia prima que registra buenos precios es el cacao que ha superado US$10.000 la tonelada métrica, un precio que se ha sostenido alto desde el año pasado. Las tres materias primas sí son elementos constitutivos de la ecuación económica colombiana que pueden apuntalar un crecimiento, para este año, de 3,2%, casi un punto por encima del que seguro se verá cuando el Dane anuncie el repunte del PIB en 2024 de 1,9%.
Ahora bien: hay un buen contexto internacional para las materias primas y el mundo ha dejado de hablar de recesión económica, en especial lo que tiene que ver con alimentos; lo del petróleo está atado desde hace tres años a la guerra en Ucrania que mantiene los precios del barril al vaivén de Rusia y las sanciones, pero si el conflicto llega a entrar en proceso de paz, seguramente el barril se desplomará inevitablemente por la entrada de crudo ruso.
Ni con guerra en Ucrania, ni con Israel enfrentado al terrorismo protegido por Irán, el barril ha tocado o superado US$100, así las cosas, depender económicamente del petróleo no puede ser una opción hacia el futuro.
Si se miran las materias primas, fundamentales en la dieta global, como café, azúcar, cacao, frutas, pescado, harinas y carne, las cosas pintan de otro color, pues las importaciones de commodities aumentan en los países desarrollados, no solo por las carencias en sus cultivos, sino por el elevado costo en la mano de obra.
La tercera década del siglo XXI, en su antesala económica (este 2025), será fundamental para lograr una competitividad para producir alimentos, no solo cultivos, sino plantas procesadoras, pero para ello el ejercicio de los gobiernos venideros es crucial en incentivos para que el sector productivo pueda aumentar la capacidad instalada y alcanzar nuevos mercados con eficiencia, que no es otra cosa que acceder a una mejor infraestructura.
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