MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos están tomando la última curva antes de la recta final; el favorito, Trump, Está a la espera de la jugada tras la renuncia de Biden
La política y la economía colombiana han aprendido de los errores cometidos en el pasado, como es entender lo que está pasando en Estados Unidos en los preámbulos de una crucial elección presidencial. La historia dicta que, en el motor de la economía mundial, hay una suerte de “frente nacional” con reelección incluida que se rompe de vez en cuando.
Son muy pocos, de los 46 presidentes que ha tenido Estados Unidos, quienes no han logrado la reelección, entre ellos Carter, Bush padre, Trump y ahora Biden. Con la renuncia del actual mandatario a participar en las elecciones por la Casa Blanca el próximo noviembre, se configuran varios escenarios políticos en el primer socio comercial de Colombia, un dato que no es menor, pues quien se posesione en Estados Unidos en 2025 será determinante en las relaciones binacionales en los próximos dos años de Gustavo Petro. Con Biden, las cosas funcionaban cordialmente, cosa distinta ocurrirá con Trump si gana de nuevo la presidencia, como pronostican las encuestas.
Los problemas cada vez mayores de la masiva migración ilegal, la bonanza productiva de cocaína y el renacer de los grupos guerrilleros de izquierda hacen que con un presidente republicano las relaciones se tensen y entren en un periodo de mucho desgaste, en donde todos pierden.
En este momento, lo que más reclama Estados Unidos de Colombia es que frene las olas migratorias que se han tomado el Tapón del Darién y que se ataquen frontalmente los carteles de la droga establecidos en el Pacífico colombiano y que están desestabilizando a Ecuador. Entre tanto, Colombia, en manos de su actual gobierno de izquierda, no solicita ayuda militar, no hay planes ni estrategias militares contra la delincuencia, ni convoca a nadie en la región para frenar la desestabilización que están fomentando en regiones enteras los carteles, ahora colombo mexicanos apostados en las provincias de Esmeraldas en Ecuador y en los departamentos colombianos de Nariño, Cauca y Valle.
Con Biden por fuera de la competencia, todas las apuestas enfilan hacia su vicepresidenta, Kamala Harris, quien aparece ya en el partidor para enfrentar a Trump, quien de manera inédita en la historia reciente puede lograr su reelección, pero con un periodo de interrupción. Estados Unidos es determinante para Colombia, no solo en materia de seguridad nacional, sino en el rumbo económico. Es uno de los principales orígenes de la inversión extranjera directa, en sectores como las manufacturas, los servicios financieros y la energía.
Colombia compra de Estados Unidos tecnología, maquinaria, productos químicos y alimenticios, pero ante todo, es el gran aliado en materia de seguridad, pues no se puede entender un país como Colombia enemistado con Estados Unidos y alineado al eje cubano o venezolano. Los dos productos pilares de las exportaciones colombianas son petróleo y café, ambos tienen como mercados principales las grandes ciudades estadounidenses y el gran flujo de remesas de colombianos en el exterior (unos US$12.000 millones anuales) provienen de ese mercado.
La política colombiana está condenada por buenas razones a depender mucho de lo que diga o haga Estados Unidos; es el gran aliado, que en estos momentos puede volver a desequilibrar la guerra contra la delincuencia organizada que asfixia las ciudades colombianas.
En Colombia funcionan unos 80 millones de celulares con un consumo enorme de minutos en llamadas, mensajes, entretenimiento y formación, pero el servicio es muy deficiente
El monumento a la desidia es ver cómo el ciclo de lluvias llega a todo el país por sorpresa en medio de racionamientos de agua y de altos precios del kilovatio hora de las generadoras
Bajar los impuestos, subir los aranceles, crecer el gasto en seguridad, parar la migración, en general hacer que todo tenga un valor, son algunos de los pilares de Trump