.
EDITORIAL

El mundo gamer dejó de ser un simple juego

sábado, 12 de agosto de 2023

Las viejas generaciones no entienden el gaming, que crece a tasas de 15% y que desplaza a otras actividades de entretenimiento como el cine; ya hay más de 2.500 millones de jugadores

Editorial

Muy pocos baby boomers son gamers, es decir, que juegan videojuegos modernos, son personas no nativas digitales a los cuales les embiste una de las actividades económicas que más crece en todos los países del mundo, que está transformando la educación, la industria del entretenimiento, pero sobre todo, está moldeando el cerebro de los nacidos de 2005 a la fecha.

El decir “nativos digitales” no es solo referirse a su fecha de nacimiento, sino a los accesorios, plataformas tecnológicas y electrodomésticos que los rodearon en su niñez y juventud. Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo, en el mundo hay más de 2.500 millones de jugadores de los cuales unos 300 millones están en América Latina.

Hasta hace poco, las generaciones que crecieron en medio de la televisión, la radio y los computadores sin internet, estigmatizaban a los jóvenes afectos a los videojuegos, porque ligaban su práctica a las apuestas y viejos vicios de otras épocas, pues para nadie es un secreto que las cartas, los dados, las máquinas traga monedas y los casinos fueron entretenimiento proscritos.

Con la masificación de internet y el mundo en línea llegaron nuevos formatos, juegos, oportunidades de matar el tiempo que están transformando todo a su paso, incluso cada vez hay más mujeres, hombres, niños de todas las edades y personas mayores, matriculadas en el consumo de juegos, ahora disponibles por streaming, de acceso fácil por todas las interfaces, computadores, tabletas, celulares y sofisticados accesorios como audífonos, gafas y toda una amplísima variedad de consolas.

Bien se puede hablar de una nueva generación, los baby gamers, nacida en los años medios de 2000 y que ya muestra rasgos sociodemográficos y económicos diferenciadores de sus antecesores como el desprendimiento de otros placeres y hobbies como el carro particular, el deporte masivo activo y las carreras profesionales tradicionales, nuevos intereses que están desarrollando roles y funciones novísimos más afines al diseño, la transmisión en línea, la historia, la fantasía, la magia y el cruce de culturas, todo bajo el eje transversal de lo digital.

Es una suerte de cuarta revolución industrial basada en la interconexión del entretenimiento. Genera miles de millones de dólares en el sector del entretenimiento global, es responsable de la generación de 500.000 empleos que cada año se amplía con novedosas oportunidades laborales para programadores, artistas de animaciones 2D y 3D, e ingenieros en sonido, entre otros.

Cuando se dice que es una actividad transversal, quiere decirse que ha catapultado otras profesiones creativas como la música, la escritura, la ilustración y la producción de productos novedosos. Dice el BID que, “un ejemplo notable es el de Estados Unidos, donde desde 2015 se registra un crecimiento exponencial de empleos en el rubro de la composición musical, lo que se relaciona con el lanzamiento de la App Store de Apple y del sistema de desarrollo de aplicaciones de Facebook, que abrió un espacio para decenas de miles de desarrolladores de juegos de todos los tamaños y multiplicó la demanda de compositores de música para videojuegos en ese país”.

En la región, Colombia lidera el sector gamer, pero aún las grandes universidades y las empresas están pegadas en entender y desarrollar las nuevas posibilidades que abre este universo.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE EDITORIAL

Editorial 30/04/2024 El futuro son las áreas metropolitanas

El paso dado por Soacha para convertirse en área metropolitana con Bogotá es un gran avance para entender cómo se mueven las personas, en contravía de intereses políticos

Editorial 29/04/2024 Hay que pensar en el segundo semestre

En pocas semanas se cruzará la primera parte del año, y todo parece empeorar empujado por una nube de incertidumbre económica que se posa sobre las decisiones de las familias