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EDITORIAL

El gran desafío en los relevos empresariales

sábado, 23 de marzo de 2024

Los grupos Éxito y Aval cambiaron a sus líderes visibles en un momento económico y empresarial crucial para sus negocios, lo que imprime nuevos desafíos para seguir adelante

Editorial

Los gobiernos públicos son temporales; las tendencias pasajeras; las modas efímeras, pero las empresas bien manejadas y con sentido social, de país, siempre perduran. Un hecho noticioso que no puede pasar desapercibido en el universo empresarial ni en la economía local es que dos de los grupos líderes en el sector bancario y comercial, cambiaron a sus máximos responsables durante esta última semana de marzo. Hablamos del Éxito y Aval, sin duda dos de las organizaciones empresariales más vinculadas con el quehacer económico colombiano y que bien han construido y desarrollado país durante el último siglo. El creador y espíritu emprendedor del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento, ha dado un paso al lado para dejar que la evolución de sus empresas tenga un renovado liderazgo que le permita seguir a la vanguardia en un mundo muy competido como es el financiero. Y el Grupo Éxito también ha decidido que sean los nuevos dueños quienes manejen el negocio de consumo que está en la espina dorsal de los colombianos, pues el otrora Almacenes Éxito, ha mutado de nuevo, cambiando de dueños una vez más y ahora hace parte del Grupo Calleja, que ha apostado por crecer inorgánicamente en Colombia con la millonaria compra al Grupo Casino. Carlos Mario Giraldo deja de ser el CEO para pasar a ocupar la gerencia general y dar oportunidad en el mando a los accionistas mayoritarios. No es menor lo que ha pasado, tanto el banquero Sarmiento, como el alto ejecutivo comercial Giraldo, han dado un paso al lado para que nuevos aires entren en las empresas que manejaron con gran tino, asertividad, buenos resultados y espíritu colombiano. Quienes los sucedan tienen que ocupar unos espacios bien difíciles de llenar, porque Exito y Aval hacen parte de la estructura financiera y empresarial de la Colombia del siglo XXI. Vivimos un mundo cambiante en el que los temas prioritarios son otros, muy distintos a los de solo hace cinco años; todo está cambiando muy rápido en la banca y el comercio. Hay nuevas prioridades para todas las compañías: inteligencia artificial, sostenibilidad, diversidad generacional, reingeniería en procesos, nuevos competidores, hábitos cambiantes, entre otros retos, pero lo que más debe brillar es el mayor compromiso con un país que supera los 50 millones de habitantes y requiere un comercio y una banca más afín a las necesidades de la Colombia de la tercera década del siglo XXI. Pero el gran desafío de estos relevos empresariales ya acordados y para los que pueden venir en los próximos dos o tres años, es que una cosa es hacer empresa, pagar impuestos, generar empleo, innovar y generar bienestar, y otra muy distinta, es dejarse tentar por el activismo político. Todo alto ejecutivo empresarial, con representatividad y responsabilidad corporativa, no debe perder el norte y dejarse subir al ring del fragor político. Por estos días de oscuros discursos anti-empresariales que se oyen en la región, es común que los gremios económicos, los grupos políticos y algunos medios de comunicación, quieran meter a los empresarios a la “cosa política”, subirlos al ring partidista, exponiendo el hacer empresa, el construir capital y desarrollar bienestar, a la virulencia de algunos gobernantes. El gran desafío de los empresarios no ha cambiado: hacer empresa y generar bienestar, tal y como lo han hecho durante décadas.

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