De acuerdo con el informe ‘Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil’ este año el 12% de los jóvenes no tendrá empleo
Por estos días el asunto del desempleo en Colombia no es que sea un tema muy grave y que le preocupe mucho al Gobierno, pues según los últimos resultados del Dane ronda el 11,8 % lo que equivale a 2’712.000 colombianos desocupados. Una cifra manejable si se compara con países como España en donde hay casi tres veces esas cifra, más de dos millones de hogares sin personas ocupadas y con 70 de cada 100 jóvenes son un puesto de trabajo. Si nos comparamos, podemos sacar pecho, pero no pasa lo mismo si miramos al vecindario o la región completa en donde nos va mal. Colombia es el país de América Latina con mayores índices de desempleo, y peor aún somos campeones en materia de jóvenes sin trabajo formal.
El desempleo juvenil se encuentra entre el 19% y 21%, superior al promedio de todos los sectores. El número de desocupados de entre 18 y 25 años asciende a 1’200.000 aproximadamente. El Ministerio de Trabajo actual es el que más se ha movido para que esta situación cambie y ya se han visto algunas acciones concretas. La Ley del Primer Empleo (1429 de 2010) fue sancionada recientemente y ha generado mucha expectativa entre los jóvenes con estudios técnicos y profesionales. Pero falta mucha consolidación sobre todo mediante un diálogo permanente entre empresarios y universidades.
Ayer se presentó el informe anual de la Organización Mundial del Trabajo, OIT, ‘Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil’ en donde se muestra que el 12,6% de los jóvenes en el mundo no tendrá empleo, esta cifra es superior 1,1 puntos porcentuales con respecto al nivel previo a la crisis de 2007 y se prevé que en 2018 el porcentaje llegue a 12,8%. Según el organismo internacional, en 2013 más de 73,4 millones de jóvenes estarán desempleados, 3,5 millones más que en 2007 y 0,8 millones más que en 2011. Sin embargo, prevé que en cinco años la cifra aumente en cerca de 2 millones de personas. Las economías desarrolladas registrarán mejoras, que serán compensadas por un deterioro de la situación en América Latina y Asia, donde empeorará la situación, pues prevén que el desempleo pasará de 12,9% el año pasado a 13,6% en 2018.
El Ministerio de Trabajo debe tomar atenta nota de esta situación y empezar a trabajar el respecto. Por ejemplo, la OIT resalta que a mediano plazo el desempleo juvenil seguirá presionado cuando los que están estudiando, debido a la falta de oportunidades laborales, se integren al mercado de trabajo. Así las cosas, el problema creciente del desempleo juvenil no es un asunto de generar más puestos de empleo formal que seguramente serán tomados por los adultos con necesidades, sino de políticas sincronizadas con otras carteras, como la de Educación.
