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ANALISTAS

Y en tierra derecha... los candidatos a los entes territoriales

viernes, 25 de julio de 2014
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Ya comienza a agitarse el ambiente en cada municipio y departamento del país en torno a lo que serán las elecciones de 2015, las cuales definirán los Alcaldes, Gobernadores, Concejales y Diputados para el período 2016-2019. Con la Presidencia de la República ya definida y con el Congreso a punto de posesionarse, han quedado claras las distribuciones por partido y las regiones del país que tendrían un posible mayor factor de votación por ciertas personas o por ciertas colectividades. Ya ondean las banderas partidistas y aparecen, resurgen o se consolidan, personajes que hablan de lo que sus territorios necesitan, de las dificultades que identifican en los actuales gobiernos municipales y regionales, y en lo que harían si fueran electos en el 2015. Reaparece el Rey Midas que promete con su vara mágica, sus pociones secretas y sus capacidades retóricas, transformar aquello que nadie ha cambiado y mutar en riqueza, aquello que hasta hoy se identifica como pobreza y limitación.

Utilizando el símil de las carreras de caballos, se agitan los partidores y en algunos casos, ya comenzó la carrera para definir futuros candidatos y posibles alianzas en caso de ser elegidos por el voto popular. Las apuestas por algunos de los participantes se expanden o se contraen, dependiendo de las fortalezas que se identifiquen. Ya aparecen nombres y apellidos, resistencias físicas y mentales, padrinazgos y apoyos económicos y políticos, que muestran en el mapa de probabilidades, qué tan factible es el triunfo o qué tan evidente puede ser la derrota. Algunos incluso desde el partidor, ya saben que será una carrera dispar y que tendrán pocas probabilidades, pero incluso con ese panorama, harán toda la carrera completa, así finalicen de últimos.

Para quienes no participamos como candidatos en esta contienda pero sí como electores, hay una responsabilidad fundamental que hemos de esgrimir desde el inicio del proceso más allá de las preferencias partidistas o de las probabilidades que tengan nuestros candidatos para ser electos como alcalde, gobernador, concejal o diputado: revisar los planes de gobierno y las propuestas para dichos mandatos; sugerir y proponer temáticas que requieran ser incluidas en dichos planes; tutoriar y hacer veeduría sobre lo prometido y lo puesto en escena durante los cuatro años del mandato; y mantener activa la participación más allá del voto. 

Los candidatos que hoy se perfilan para los entes territoriales requieren de las voces ciudadanas para consolidar su propuesta. Es el momento de preparación para la contienda y para la carrera, y los oídos, los ojos y la mente de estos personajes, habrán de estar abiertos para construir aquello que llevarán a la práctica a partir del 1 de enero de 2016. Como ciudadanos, es la oportunidad de aportar y de vincularnos con aquello que soñamos y con aquello que deseamos en torno a nuestros próximos gobernantes. Quien sea elegido por nuestro voto y quien nos represente en nuestros territorios, no lo hace por cuenta propia ni sólo como muestra de su partido político: ha de representar a los ciudadanos que vivimos en cada municipio y en cada departamento. Somos no sólo los garantes de nuestro desarrollo, sino también quienes sabemos y conocemos de nuestras realidades.

Ahora que el proceso de consolidación de los candidatos en los entes territoriales se encuentra en “tierra derecha”, y que prontamente se verán los resultados de esta contienda electoral, hemos de aportar y de construir. El desarrollo no está en manos de los candidatos; está en nuestras manos.

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