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ANALISTAS

Un modelo agrario incluyente

lunes, 29 de julio de 2013
La República Más
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En toda la historia colombiana, uno de los sectores más importantes que ha movido la economía del país ha sido sin duda el agropecuario. Una actividad que el mismo gobierno bautizó y que ha tenido toda la intención de  impulsarla. Sin embargo, han pasado tres años de gobierno en el que se dispuso todo un andamiaje para impulsar una locomotora que todavía no da señas de agilizar su marcha. Por el contrario, la brecha urbana - rural sigue abriéndose.
 
La Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria -Eoea-, revela que en los últimos tres trimestres aumentó el número de productores que afirmaron tener una mala situación económica, pasando de 25% en el trimestre julio - septiembre de 2012 a 33% en el trimestre enero - marzo de 2013. Las cifras de empleo en zonas rurales también dan cuenta de la caída en la rentabilidad, el ingreso y el bienestar de los productores y campesinos. Muestra de ello, son los llamados de atención de distintos subsectores de la actividad agropecuaria al gobierno nacional.
 
En lo que tiene que ver con pobreza, en los últimos 10 años la brecha pasó del 16,3% al 18,4%. En informalidad, en el año 2002 estaba en 12% y en 2012 fue de 16%.
 
Llegó la hora de diseñar un modelo agrario incluyente que permita cerrar la brecha entre lo rural y lo urbano, así como de la necesidad de que coexista la agricultura empresarial con la empresarización de grandes, medianos y pequeños productores.
 
Hay que reconocer la labor del gobierno y su interés por el tema del desarrollo rural, incluso con la implementación de una ley, en la cual desde la SAC hemos venido trabajando en conjunto con el ánimo de hacerla compatible en un país  cuyo anhelo más apreciado es alcanzar la paz, pero no a cualquier costo.
 
Pero asegurar un escenario de desarrollo rural implica la integración de todos los actores y no solo eso, requiere hacer una ecuación tan sencilla como esta: rentabilidad económica, rentabilidad social y rentabilidad política, para que sea la inversión motor de desarrollo, crecimiento, oferta de alimentos y materias primas, y generación de empleo formal.
 
Para la SAC es necesario que el gobierno actual haga mayores esfuerzos en materia de política sectorial que le permita enfrentar la situación actual, para asegurar una tasa de cambio competitiva; en materia comercial, acelerar las negociaciones comerciales con los países del Asia, unificar y articular las competencias contra el contrabando de manera que pueda ser atacado y judicializado efectivamente, aumentar la disponibilidad de liquidez del sistema para su colocación en el sector agropecuario, aumentar  los recursos para mejorar la cobertura y el acceso a nuevas tecnologías y concretar la infraestructura necesaria.
 
Las medidas de política de gobierno que están demoradas en adoptarse deben estar orientadas a incrementar los bienes públicos, entre otros, en zonas rurales para cerrar la brecha entre lo rural y lo urbano.

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