La reducción del consumo básico de agua

Con el propósito de lograr un uso más eficiente del agua, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) propone reducir el Consumo básico de forma tan drástica que a los usuarios del servicio les sería difícil adecuarse a esos menores niveles, ante lo cual se verían abocados a asumir un elevado incremento de las tarifas de acueducto y alcantarillado.

Por medio de la Res. CRA-729 de 2015 el Regulador pretende reducir el consumo básico de agua, para lo cual se puso a consideración de la opinión pública el proyecto para que ésta presente las observaciones o propuestas pertinentes, y así, una vez se surta este proceso, a partir del próximo 1º de enero entre en vigencia esta norma.

Desde hace más de 25 años el Consumo básico de agua se encontraba en 20 m3/usuario/mes, ahora se proyecta reducirlo en función de la altura sobre el nivel del mar. A 11 m3/suscriptor/mes para ciudades y municipios con altitud mayor a 2.000 metros, a 13 m3 a las que están entre 1.000 y 2.000 ms  y a 15 m3 las que se ubican por debajo de 1.000 ms. De igual forma, el Consumo complementario que está entre 20 y 40 m3 se fija entre el nuevo básico y el doble y el Consumo suntuario que está para mayores de 40 m3 se establece a partir del nivel superior al complementario, para las tres cotas de altitud.

No cabe duda que la reducción de los niveles de consumo puede contribuir al ahorro de agua, teniendo en cuenta que entre mayor nivel de uso la tarifa es mucho más alta, sin embargo, también se debe tener en cuenta que los usuarios del servicio prácticamente han llegado al límite del consumo básico, por lo tanto ahora les es difícil lograr tan drástica reducción, especialmente para el consumo básico, ante lo cual tendrían que asumir un elevado incremento de tarifas.

Según la exposición de motivos de la Res. 729, los nuevos rangos básicamente se fijaron con base en la tendencia decreciente del consumo en 18 ciudades del país, pero se debe tener en cuenta que dicha tendencia fue más acentuada a finales del siglo pasado por efecto del elevado incremento que tuvieron las tarifas a causa de la implementación del nuevo régimen de servicios públicos. Durante los últimos años esa tendencia se ha reducido debido a la mayor conciencia que se tiene sobre el cuidado ambiental.

En tal sentido, no se está considerando que hace 20 años la curva de la demanda de agua se encontraba en un tramo de alta elasticidad, hoy en día es prácticamente inelástica, las familias difícilmente pueden disminuir su consumo. Aquellas ubicadas en una altitud mayor a 2.000 metros, por consumo entre 11 y 20 m3 ya no pagarían la tarifa del consumo básico sino la del complementario y si es mayor a 22 m3 ahora tendrían que pagar la del consumo suntuario. De forma similar se les incrementaría a los usuarios de los otros rangos de altitud.

De esta forma, ante una drástica reducción de los niveles de consumo de agua, a la mayoría de los usuarios, en especial a los de menores ingresos que son los de familias más numerosas,  prácticamente les sería imposible disminuir su consumo, ante lo cual se verían abocados a asumir un elevado incremento en las tarifas del servicio.

En tal sentido, la CRA debe reconsiderar esta reducción, de tal manera que se haga de forma más moderada. Un incremento de las tarifas de acueducto y alcantarillado atizaría la elevada inflación que ha venido sufriendo el país durante lo corrido del año, situación que atenuaría a un más el débil crecimiento que presenta la economía.