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ANALISTAS

España, ¿bomba de tiempo?

martes, 2 de octubre de 2012
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Numerosos analistas consideran a la fecha que España va a tener que presentar una solicitud de salvamento de su economía ante el presidente del Banco Central de Europa, BCE, señor Mario Draghi, a pesar de que el presidente de España, señor Mariano Rajoy, insiste en que ellos no necesitan salvamentos. La pregunta ahora parece limitarse solo a ¿cuándo se presentará tal solicitud?

La crisis de la economía española es dramática y debería servirles de voz de alerta tanto a quienes proponen leyes populistas, como a quienes las aprueban en forma irresponsable por acá. El caos de la economía española se debe a una mezcla de “paternalismo socialista”, de orgullo del gobierno de turno, de  bancos al  borde de la quiebra, de caídas del Producto Interno Bruto de dos dígitos y del desempleo cercano al 25%.

Los indicadores económicos son hoy peores que cuando asumió el mando Rajoy. Por culpa de todos estos reveses se habla de que Rajoy ha perdido la tercera parte de la opinión favorable que poseía durante los últimos seis meses.

Regiones como Cataluña le están demandando rescates y en Barcelona se reúnen miles de manifestantes a demandar su independencia. Sin embargo, posee una amplia mayoría parlamentaria ansiosa de que deje de estudiar, meditar y que apruebe medidas.

La opinión internacional comienza a considerar al presidente Rajoy como enigmático,  lerdo para aceptar que el paciente necesita una transfusión urgente y de un orgullo injustificado para  solicitar ayuda. Insiste él en que España no necesita que le señalen su camino.  Se reconoce que sus reformas laborales sí pueden ayudar en el mediano plazo, pero no evitar la transfusión.

El déficit fiscal de España cerró 2011 con 8,9% del PIB. La Unión Europea le exige que cierre el 2013 con el máximo tolerado, del 4,5% del PIB. Para lograrlo ha incrementado los impuestos sobre la renta y sobre las ganancias de capital.  No acepta tocar las pensiones de jubilación, pero el poder adquisitivo de los jubilados se ha reducido enormemente por culpa de la inflación.

Los últimos rumores afirman que España le mandó a decir a su rescatista el BCE que le informara las condiciones en las cuales se realizaría el rescate. El BCE le contestó que debería primero solicitar su  rescate.  Discusiones infantiles, sin lugar a dudas. Porque en la reunión de ministros donde se aprobó la compra de bonos soberanos para rescatar países, se dijo que no se fijarían indicadores como la tasa de interés o condiciones de liquidez y de volatilidad para aprobar las compras, todo dependería de las circunstancias del solicitante.

Pese a estos detalles burocráticos, estiman los expertos que el BCE sí le quitó la mecha a las bombas de tiempo de España y de Italia al autorizar la compra de sus bonos. Observan, así mismo, que las medidas del BCE no garantizarán que se restablezcan las condiciones financieras para que la región vuelva a crecer de nuevo en forma vigorosa y menos aún si los interesados no manifiestan su interés en ser rescatados. Los daños a la economía no se reparan fácilmente.

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