.
ANALISTAS

Agricultura y democracia

sábado, 15 de junio de 2013
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Bien sabemos que la agricultura es el comienzo de la civilización humana.  Esta comienza cuando el ser humano descubre que es capaz de producir sus alimentos sin tener que limitarse a colectar frutos silvestres o a cazar animales salvajes.
 
A lo largo de miles de años se fue perfeccionando el arte y la ciencia de los cultivos por medios tales como la selección de semillas y la domesticación y cría de animales con los desarrollos técnicos de irrigación, fertilización, control de plagas y procesos de postcosecha, y llegar al comienzo de la ingeniería genética por los experimentos del monje agustino Gregor Mendel.
 
Este proceso de progreso y civilización nos debe servir para aplicarlo a otros campos de la actividad humana tales como la acción política que tanto ocupa y afecta a nuestra nación y al mundo.
 
Un esquema de las enseñanzas que podemos encontrar en la agricultura comienza en que ese proceso de domesticación y aprovechamiento de las especies vegetales y animales con que nos dotó la Divina Providencia no se hizo (ni se podía haber hecho) a base de gritos, de violencia o de retórica demagógica sino a base de estudio paciente y de experimentación seria y su aplicación generosa.
 
Éste es el camino que propone la verdadera democracia o sea aquella que no se limita a un mecanismo de papeletas electorales sino que se fundamenta en principios y valores morales, éticos y científicos.
 
Y éste es precisamente el modelo de democracia que propone el Partido Conservador Colombiano frente a las otras alternativas que hoy se quieren ofrece a nuestro pueblo y que se pueden resumir en dos principales:  el llamado neo-socialismo, representado a nivel práctico por el “chavismo”, y el neo-capitalismo que culmina en el Capitalismo salvaje.
 
Los ejemplos tangibles y visibles de estos dos modelos se encuentran disponibles en todos los medios de comunicación modernos desde la prensa, la radio, la televisión y las redes electrónicas de todo tipo, y las presentaciones más efectivas son las de los medio audiovisuales que nos permiten ver esas realidades aún en países y regiones que no podríamos visitar personalmente.
 
En el campo de la agricultura la propuesta del Partido Conservador se viene presentando desde los comienzos de nuestra república como se observa en la Reforma Educativa de Mariano Ospina Rodríguez (1841) quien formuló el modelo de formación práctica versus el modelo de retórica y memorismo, para ser aplicado en escuelas agrícolas en todo el país.
 
El Partido continuó ampliando ese modelo con proyectos concretos y efectivos como los orientados por Mariano Ospina Pérez: la creación del Ministerio de Agricultura; la Caja de Crédito Agrario, destinada fundamentalmente a financiar al pequeño campesino; la Federación Nacional de Cafeteros que organizó y capacitó a los miles de pequeños cultivadores hasta ponerlos en capacidad de competir a nivel mundial; los grandes proyectos de irrigación del Tolima que convirtieron extensas zonas que se conocían (y se siguen conociendo) como “Espinal” pues eran precisamente áreas improductivas cubiertas de maleza espinosa y que hoy son modelo de productividad económica y de progreso social.
 
Todo lo cual demuestra la superioridad de una estrategia para superar la pobreza que consiste en preparar al ciudadano para alcanzar con su propio esfuerzo los bienes y servicios necesarios para mejorar su “nivel de vida”, por oposición a la fórmula demagógica y populista de regalar comida, bebidas y casas para comprar votos, o sea, demostrando así la vigencia del viejo refrán chino: “Mejor que regalar pescado es enseñar a pescar”.
 
Con ese acervo de principios y realidades se puede presentar nuestro Partido como la verdadera alternativa para una democracia real, con un modelo agrario que por medio de una estrategia de capacitación científica y técnica, con un sistema social de propiedad privada, un sistema de crédito popular, jueces honestos y adecuadas infraestructuras logísticas, supera a los modelos del neo-capitalismo encabezado por empresarios que sólo se mueven por el ánimo de lucro, a expensas del productor empobrecido, y el modelo del neo-socialismo Castro-chavista que aprovecha la creciente pobreza de sus pueblos para poder comprar sus votos con un mero talego de alimentos básicos y racionados, ante el fracaso de sus métodos de estado totalitario.
 
En lo que sí coinciden los neo-socialistas y los neo-capitalistas es en la corrupción administrativa.  Mientras los políticos Chavistas-socialistas de Bogotá roban en contratos leoninos miles de millones de pesos a los contribuyentes colombianos, unos banqueros y financistas de New York le roban miles de millones de dólares a los norteamericanos.
 
Esta es, entonces, la principal diferencia de la propuesta Conservadora ante las dos anteriores: los valores morales y éticos del cristianismo contra los móviles egoístas del materialismo, lo cual se traduce en nuestro lema : “Libertad dentro del Orden Moral y Progreso dentro de la Justicia Social.”
 

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA