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El muestreo abarca personas entre 20 y 24 años
Uno de los retos más importantes de la vida adulta es conseguir un empleo estable, labor que algunos les toma más tiempo que a otros. Mientras que algunos combinan el trabajo con el estudio, otros prefieren esperar hasta terminar la universidad para iniciar su carrera, pero cierto porcentaje de la población juvenil de los países del mundo, concretamente entre los 20 y 24 años, no realiza ninguna de estas actividades. En el caso de Colombia, hay 23% de ese nicho de millennials que no estudia ni trabaja, es decir que casi una de cada cuatro personas enfrenta esta situación.
Dicho panorama se ve reflejado en el libro ‘Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?’, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que realizó una encuesta a 15.000 jóvenes de nueve países de la región entre 15 y 24 años de edad acerca del escenario estudiantil y laboral que enfrentan en su país. Los resultados de Colombia muestran que 39% solo estudia, 21% solo trabaja, 24% estudia y trabaja y 16% no realiza ninguna de las dos actividades.
La profesora de la facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, Raquel Bernal, destacó que en la medición para Colombia, centrada en Bogotá, el nicho de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudia ni trabaja está compuesto por 67% de mujeres y 33% de hombres, haciendo que dos de cada tres personas que no realizan ninguna actividad en este nicho sean mujeres.
La experta también agregó que entre las principales razones para que se de este fenómeno se cuentan el embarazo adolescente y la ausencia del inglés entre sus habilidades principales. “17,9% de los ni-ni no sabe inglés y 33% tiene un hijo. Además, una de cinco mujeres en ese rango de edad ya es madre para entonces”, agregó Bernal, quien también destacó que este fenómeno suele presentarse en su mayoría dentro de los estratos uno y dos.
En América Latina y el Caribe, el porcentaje de millennials entre 15 y 24 años que no estudia ni trabaja asciende a 21%. Sin embargo, el coautor de la publicación y experto del BID, Rafael Novella, aseguró que los miembros del segmento ni-ni no necesariamente están inactivos dentro del mercado, pues solo 3% de ese nicho no realiza ninguna actividad. “Un tercio de ese grupo busca trabajo, y los otros dos tercios se encargan del cuidado de otro familiar. Incluso, algunos participan en negocios familiares”, agregó.
En cuanto a los colombianos que pertenecen a ese rango de edad y tienen trabajo, la publicación del BID muestra que enfrentan el mismo fenómeno que aqueja a la región: la informalidad laboral. En el país, 63% de los jóvenes no posee un trabajo estable. La cifra es más pronunciada si se observa la región, donde el indicador de empleo informal llega a 70% de este grupo poblacional.
“El embarazo temprano y el bilingüismo son dos cosas que provocan que los jóvenes no estudien, no se formen y no acumulen capital humano”.
“Un reto importante es trabajar en planes formativos para que lo que se enseña en la escuela vaya de la mano con la demanda empresarial”.
Al respecto, Novella agregó que “los jóvenes en la región tienen predilección a insertarse en trabajos informales o de muy corta duración”.
Ligado a ello, el experto subrayó que existe “un círculo vicioso de la informalidad”, y es que el empleador pierde incentivos para capacitar a su empleado al saber que se quedará poco tiempo. “Es probable que este chico no tenga las condiciones para cambiar de empleo o de rendir en el que tiene, y aparte el empleador tiene una pérdida de productividad”, aseguró.
La clave está en las políticas públicas
Los expertos del BID destacaron que se requieren tres claves para lograr una disminución en el total de jóvenes ‘ni-ni’, factor relacionado directamente con una mejor generación de políticas públicas relacionada con la educación y el sector laboral en la región. Entre sus recomendaciones se cuentan un mayor acceso al desarrollo de habilidades, la calidad y pertinencia en la formación, además de una buena orientación e información laboral. Novella también destacó que 85% de los millennials en la región quiere, por lo menos, completar la educación superior, pero la cobertura solo abarca a 40%.
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