Por un lado vemos decenas de españoles arribando a Colombia en busca de oportunidades y, de otro, España dice que quitará las visas pero obliga desde este mes a pasar por sus consulados a poner la huella si se quiere viajar allá.
¿Es una migración de inversores o de qué?
Hay todo tipo de gente que viene porque en Colombia uno se siente en su propio país. En estos momentos, en España, lo más difícil es el crédito para todo tipo de transacciones, y en cambio Colombia tiene crédito. Nosotros, en mi opinión, tenemos una mejor formación y tecnología en general, y eso ayuda a que podamos aportar una experiencia y un know-how y ellos, como dice el Presidente Santos, cuentan con una bonanza financiera y económica que es lo que a nosotros nos falta. Pero no es verdad que España esté invadiendo Colombia, no somos ni siquiera el quinto país con empresas en Colombia, hay unas 250 de todos los tamaños, no es un número alto. Aparte que las empresas españolas jamás vienen solas, sino siempre de la mano de un socio colombiano. Y muchas tienen un 51% de capital colombiano.
El otro día, viajando por la vía del Llano vi que Dragados está haciendo unos túneles…
Hay empresas españolas en todos los sectores y en todo el país. Aparte que nosotros llevamos aquí desde el año 88 en plan masivo. En aquellos tiempos se nos dieron muchas facilidades porque nadie quería venir y traer capital a Colombia, ahora como viene tanta gente se dice que los españoles tienen ventajas.
¿Ventajas cómo cuáles?
Por ejemplo, la repatriación de capitales de 100%. Hay algunas empresas que son absolutamente colombianas que han puesto su sede social en Madrid o cualquier otra ciudad de España. También alguna internacional.
¿Esa es una de las ventajas que quieren los franceses, alemanes, etc. y dicen o todos o ninguno? Y será ninguno, claro.
Pues ya se verá.
En cuanto a las dichosas visas, sigue habiendo mucho escepticismo con eso de que España promueve que quiten las de turismo y negocio.
El escepticismo es lógico pero un Presidente de gobierno no se lanza a la arena pública a decir una cosa como esta si no fuese una decisión meditada, y yo creo que ha sido muy meditada porque he participado desde el minuto uno en la gestación.
¿Fue parte esencial?
Sí. Empezamos aquí y Madrid, después de analizarlo y hablarlo con las personas que consideraron oportunas, decidieron que se podía hacer. Y la votación, después del Tratado de Lisboa, es por mayoría cualificada, que son dos tercios y yo creo que están más que asegurados porque la percepción de Colombia no es lo que era en el 2001.
¿Quienes son los países aliados de España en esta causa?
Todos.
¿No es entonces un mensaje contradictorio la nueva exigencia de la huella?
No es algo que hayamos puesto nosotros, sino que se ha ido imponiendo por varias zonas del mundo por un calendario, y da la casualidad en el año 2013 tocaba en Latinoamérica. El visado biométrico al principio es incómodo, pero es mucho mejor que el anterior.
Entonces no hay de otra que poner la huella.
No hay más remedio que ir a los consulados, poner los diez dedos de las huellas y tienes una garantía de cinco años de que no necesitas hacer más visados biométricos. Tenemos planeado poner en los viceconsulados en Cali y Medellín y en el Consulado en Cartagena, unidades biométricas con el objetivo de molestar lo menos posible. Lo malo es que son unos aparatos carísimos.
¿Es con cita?
Sí, la cita se pide por internet. Hemos reforzado todo el personal de la agencia que lo lleva. Los que más lo van a notar son las agencias de viaje, yo les pido paciencia para que la cosa se haga lo más cómoda posible.
Pero la huella tampoco es un visado.
Sólo es un requisito. Es seguridad, y seguridad para el turista más que para nosotros.
¿Para que no te detengan por narco porque te llamas igual que uno?
Para que no haya homónimos, ni dobles. O porque tienes mala pinta como ha pasado hasta ahora o por mil razones.
