Los retos del nuevo Gobierno italiano están marcados por la deuda, energía e inflación

Italia aspira a poner fin a partir de hoy a unos meses muy marcados por el alto voltaje en el debate político, que en julio se llevaron por delante el gobierno de coalición del exgobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. El país celebró este domingo unas elecciones legislativas anticipadas muy marcadas por el auge del bloque de la derecha en las encuestas.

Lo forman diferentes organizaciones que proponen soluciones muy distintas ante la crisis económica, energética y geopolítica que arrancó hace justo siete meses, con el inicio de la agresión rusa a Ucrania. Se trata de Hermanos de Italia -liderado por Giorgia Meloni, que en su juventud militó en un partido posfascista, aunque en los últimos años ha virado su discurso-, la ultraderechista Liga y la formación liberal-consevadora Fuerza Italia, que tiene como principales líderes al magnate y tres veces primer ministro, Silvio Berlusconi, y al expresidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani.

La Liga es una formación euroescéptica y su líder, Matteo Salvini, aspira a volver a ocupar el Ministerio del Interior. Su principal talón de Aquiles son sus buenas relaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, a quien ha apoyado explícitamente en varias ocasiones. Por el contrario, Hermanos de Italia defiende la continuidad del país en la OTAN y la eurozona, y pide cambios de calado en la UE.

La agenda económica de Meloni es continuista, pero su programa social es abiertamente ultraconservador. Bajo el lema "Dios, patria y familia", Meloni se opone con contundencia al aborto y a la inmigración irregular y defiende el modelo de familia tradicional.

Fondos europeos

Italia es el país más beneficiado de los fondos europeos. Recibirá en los próximos años alrededor de 200.000 millones de euros para impulsar su economía tras el Covid-19, aunque están condicionados a una batería de reformas que acordó Draghi con Bruselas, y que el bloque de la derecha se ha comprometido a mantener.

La evolución de la política y la economía italiana ha sido muy dispar. Si en julio implosionó el Gobierno, después de que los populistas del Movimiento Cinco Estrellas retirasen su apoyo a Draghi, el país consiguió en agosto recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia.

El PIB creció un 6,6% en 2021 y, en el segundo trimestre del año, lo hizo en un 1%, cuatro décimas más que la media de la eurozona. El Banco Mundial estima que el PIB subirá un 2,3% este año y un 1% en 2023. Son unas perspectivas "débiles" para la agencia Scope Ratings, por lo que augura que el margen de maniobra del próximo Gobierno va a ser limitado.

Déficit y deuda pública

El pasado año, el déficit se situó en el 7,2% y al cierre del primer trimestre, la deuda pública alcanzó los 2,755 billones de euros, una cantidad que equivale al 152,6% del PIB, el dato más alto en los últimos 25 años.

La previsión de Scope Ratings es que este porcentaje se mantenga estable a medio plazo aunque, según el jefe de bonos corporativos de Vontobel, Mondher Bettaieb-Loriot, gracias a los nuevos mecanismos de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), "el riesgo de impago de los bonos soberanos es bastante bajo".

La inflación pasa factura a la industria

La inflación también está en máximos. En agosto, alcanzó el 8,4% interanual, el porcentaje más elevado en 37 años. A ello contribuye el precio de la energía y, en el primer cuatrimestre, Italia fue el tercer país de la UE donde fue más cara. Se situó en los 0,4202 euros por kilowatio hora, según Eurostat.

Esta escalada en las tarifas tiene un impacto directo en la industria, que genera una cuarta parte del PIB y del empleo. Italia es la segunda potencia manufacturera de la UE y la séptima del mundo y también el primer exportador mundial en artículos de lujo. El país sobresale en sectores como la maquinaria de precisión, los vehículos a motor, los productos químicos y farmacéutica, la moda y la electrónica. El 90% de las empresas tienen menos de 100 empleados y se concentran en el norte, en ciudades como Turín, Milán y Venecia.

Esta situación contrasta con la de la mitad meridional, donde las mafias tienen un fuerte arraigo. De las diez regiones de la UE con más desempleo en 2021, dos estaban en el sur del país: Campania (19,3%) y Sicilia (18,7%), según Eurostat. Por el contario, Bolzano (3,8%) y Trento (4,8%), en los Alpes, alcanzan el pleno empleo.

67 gobiernos desde 1946

Otro desafío estructural es la inestabilidad política. Desde 1946, cuando se proclamó la República, se han sucedido 67 gabinetes en el Palacio Chigi, sede del Consejo de Ministros. De promedio, han durado poco más de un año.

Para favorecer la gobernabilidad, en 2020, se reformó la ley electoral, que asigna un tercio de los diputados al partido más votado en cada circunscripción.