Gobierno español reduce US$5.203 millones de emisiones del Tesoro

El endeudamiento público seguirá creciendo este año, pero un poco menos de lo anticipado. Así lo ha anunciado Calviño, vicepresidenta del gobierno, durante una comparecencia conjunta con la comisaria europea de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de Mercados Capitales, Mairead McGuinness, en la que ha anticipado que las emisiones netas de deuda serán finalmente US$5.203 millones inferiores a lo programado. Un recorte que es posible "gracias a la prudencia de nuestras estimaciones y a la favorable evolución de recaudación tributaria", señaló la vicepresidenta económica.

El anuncio, que Calviño calificó de "muy buena noticia" porque "demuestra la confianza de los inversores internacionales" en la política del Gobierno, se produjo apenas un día después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) instara al Ejecutivo español a empezar a acometer ajustes fiscales a partir del año que viene para embridar la deuda.

En concreto, el organismo que lidera Kristalina Georgieva, ha reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez que acometa ya en 2023 un ajuste del déficit estructural de entre el 0,25% y el 0,5% del PIB; esto es, entre 3.000 y 6.000 millones de euros (US$6.244 millones), antes de "intensificar el esfuerzo" y reducir el desfase a tasas de 0,6 puntos cada año (alrededor de 7.200 millones de euros o US$7.493 millones) a partir 2024 y hasta 2030, lo que a juicio del organismo multilateral "permitiría encauzar la deuda en una firme trayectoria descendente y ayudaría a lograr una posición fiscal estructural casi equilibrada para el fin de esta década".

Fue en este contexto, en el que el FMI pidió además al Ejecutivo español el diseño anticipado de "planes fiscales creíbles a medio plazo", en el que Calviño anunció las menores necesidades de financiación del Estado, fruto en buena parte de los elevados ingresos tributarios, con una sobrerrecaudación que ronda los 28.000 millones (US$29.139 millones) este año por efecto de la inflación.

Lo hizo también en un escenario de drástico giro de la política monetaria del BCE, que desde julio ha subido en varias fases los tipos de interés hasta situarlos en el 2%. Es decir, en un contexto de encarecimiento de los costes de financiación. Calviño subrayó que esos costes se mantienen "en niveles contenidos en términos históricos" gracias a la labor de anticipación realizada por el Tesoro, pero lo cierto es que la carga de intereses subirá gradualmente.

En la actualidad, el coste total del conjunto de la deuda es del 1,68%, mientras que el coste medio es del 1,19%. Economía prevé que la carga de intereses ronde el 2,2% del PIB en los próximos años.