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La Reserva Federal de Estados Unidos dijo el miércoles que seguirá comprando 85.000 millones de dólares mensuales en bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas para apoyar a la desacelerada economía.
Al anunciar una decisión ampliamente esperada, los funcionarios de la Fed reconocieron que existe un panorama de débil crecimiento debido, en parte, a la disputa fiscal en Washington que provocó el cierre parcial del Gobierno durante 16 días a inicios de este mes.
También han pesado sobre la expansión económica los mayores costos de endeudamiento ante las señales del mismo banco central anteriormente en el año de que podría comenzar pronto a reducir su estímulo.
"Datos disponibles sugieren que el gasto de las familias y la inversión fija de las empresas avanzó, mientras la recuperación en el sector inmobiliario se desaceleró un poco en los últimos meses", dijo el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed en su comunicado al concluir dos días de reuniones.
"La política fiscal está frenando el crecimiento económico", agregó.
El mercado laboral ha mostrado "cierta" mejoría, aseguró el banco central, pese a alguna debilidad reciente en las cifras. En su comunicado, la Fed retiró una referencia a un "endurecimiento en las condiciones financieras observadas en los últimos meses" de una lista de riesgos para el panorama.
Esther George, presidenta de la Fed de Kansas City, nuevamente se manifestó en contra de la decisión de mantener el programa de compra de bonos como lo ha hecho en todas las últimas reuniones del FOMC, favoreciendo una modesta reducción en el ritmo de adquisición de deuda.
La Fed sorprendió a los mercados financieros el mes pasado al optar por no reducir las compras de bonos, tras dar la impresión de que estaba lista para desacelerar el denominado alivio cuantitativo. Desde entonces, su cautela ha sido reivindicada.
La confianza de los consumidores y de las empresas ha sido golpeada por la amarga disputa política que provocó la paralización del Gobierno y que acercó al país a una potencial devastadora cesación de pagos, al tiempo que una serie de datos han apuntado a una debilidad económica.
Reportes del miércoles mostraron que el sector privado contrató la menor cifra de empleados en seis meses en octubre, mientras que la inflación se mantuvo contenida el mes pasado.
Otros recientes datos de contratación, producción industrial y ventas de casas en septiembre ya sugerían que la economía perdió impulso incluso antes del cierre parcial del Gobierno. Lecturas de confianza del consumidor este mes han mostrado que el estancamiento fiscal golpeó a los hogares.
El flojo ritmo de la economía ha llevado a los mercados financieros a reconsiderar sus proyecciones en torno a un recorte de la compra de bonos de la Fed. También ha llevado a que las expectativas sobre alzas de las tasas de interés se extiendan hasta mediados del 2015, como mínimo.
Antes de conocerse la decisión de la Fed, los futuros de tasas de interés en el mercado indicaban una probabilidad del 52 por ciento de que la primera alza de los tipos, de un cuarto de punto, sería en abril del 2015. Ese porcentaje se eleva a un 96 por ciento para septiembre del 2015.
Los rendimientos de los bonos referenciales a 10 años del Tesoro han caído hacia el 2,50 por ciento, comparado con cerca del 3 por ciento a inicios de septiembre de este año.
En respuesta a la más profunda recesión y la más débil recuperación en generaciones, el banco central estadounidense recortó las tasas de interés de corto plazo a cerca de cero y ha cuadruplicado con creces su hoja de balance a 3,8 billones de dólares.
La respuesta ha sido controvertida, con algunos miembros del ala dura de la Fed y muchos legisladores republicanos argumentando que existe un riesgo de generar una escalada de la inflación o burbujas en los mercados financieros.
Sin embargo, el núcleo de la Fed, incluyendo al presidente Ben Bernanke y a quien lo sucedería en el cargo, la vicepresidenta Janet Yellen, han dicho que la amenaza de un desempleo persistentemente alto es el problema más urgente en estos momentos.
El reporte de los precios al consumidor del miércoles mostró que la inflación ha subido solo 1,2 por ciento en el año a septiembre, muy por debajo de la meta del banco central del 2 por ciento.
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