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Se prevén bandazos en las cotizaciones hasta que el panorama se aclare. Bank of America fecha en octubre fin del mercado bajista
Agárrense que vienen curvas. Es lo que vaticinan los expertos tras una semana de locura en Wall Street, en la que el Nasdaq llegó a subir más de 3% el miércoles y a caer un 5% al día siguiente, el mayor descenso diario desde junio de 2020. ¿Qué está pasando?
Falta de claridad en el entorno económico, con miedo a una recesión y alta inflación persistente; interrupción de la cadena de suministros; guerra; bancos centrales retirando su apoyo y liquidez a los mercados; inversores cautos esperando señales y un mercado zarandeado por los hedge fund y otras estrategias cuantitativas, con los algoritmos acentuando los movimientos, es el cóctel molotov que siembra el desconcierto.
Es la tormenta de volatilidad perfecta, según David Ross, de la gestora La Financière de l'Echiquier, que afirma que la realidad es que la Bolsa estadounidense ha entrado en un mercado bajista y que será un periodo difícil el que se avecina. Añade que "todo esto ocurre en el contexto de una burbuja de todo, en la que casi todos los activos estaban extremadamente sobrevalorados". Los inversores tratan de encontrar un nuevo nivel más razonable teniendo en cuenta las incertidumbres. Y advierte de que los mercados bajistas son difíciles de navegar porque los hábitos aprendidos durante los mercados alcistas largos, como comprar en las caídas es una táctica equivocada. "Hay que vender las subidas", afirma.
"Estamos en una de esas encrucijadas con gran incertidumbre multidimensional y poca convicción, donde es difícil hacerse una idea clara de lo que va a pasar. A esto se une un posicionamiento inversor muy cauto que propicia esos short squeeze de cierre de posiciones cortas que rápidamente se da la vuelta", apunta Roberto Scholtes, director de Estrategia de UBS en España.
"Entramos en una fase en la que los bancos centrales están reduciendo su apoyo a los mercados y los programas de compras se desvanecerán. El mercado está tratando de encontrar un nuevo equilibrio de mercado para valorar el riesgo", pero pasará algún tiempo hasta tener un rumbo claro, apunta Kaspar Hense, gestor de fondos de BlueBay AM. A corto plazo espera un mercado débil.
Desde Amundi explican el cambio de sentimiento un día después de la Fed porque "los mercados se dieron cuenta de que es posible que la Fed no pueda controlar fácilmente el ciclo económico actual, con un aumento de los riesgos de recesión". Esto se vio agravado por el último Informe de política monetaria del Banco de Inglaterra, que estimó una contracción económica en 2023 junto con una inflación de dos dígitos a finales de este año. Otro motivo de la venta masiva de acciones para Amundi es el aumento de la rentabilidad de los bonos, con los rendimientos de la deuda del Tesoro a 10 años por encima de 3% por primera vez desde 2018.
"En general, los tipos de interés más altos suponen un reto para las compañías con un alto nivel de apalancamiento y costes elevados de los insumos, lo que representa un desafío para los beneficios corporativas. Las expectativas de beneficios siguen siendo muy altas y ahora los mercados se enfrentan a la realidad de los beneficios y las valoraciones", afirman en Amundi.
"El mercado tiene que adecuarse al nuevo periodo de normalización y hay muchas incertidumbres que hacen dudar ", comenta Celso Otero, gestor de Renta 4. Y necesita tiempo y datos claros que por ahora no tienen una dirección clara, por eso se dan las fuertes oscilaciones. Pero a largo plazo, en cambio, es optimista y confía en la rentabilidad que pueden proporcionar a una cartera empresas con márgenes altos, posición de caja o generadores de ella y que han mantenido una posición saneada. Y cita grandes tecnológicas.
Mientras llega la claridad, algunos expertos se fijan en algunos indicadores para calibrar el daño que puede estar sufriendo la economía, como los diferenciales crediticios, que permiten discernir si es un histerismo bursátil o si la economía está en problemas serios.
"La Bolsa es una cuestión de sentimientos y ahora hay cierto temor con el crecimiento y muchas incertidumbres", comenta Ignacio Cantos, de atl Capital.
Entre los indicadores de sentimiento, muchos de ellos, como el del Miedo y codicia que realiza CNN se sitúa en niveles de miedo, pero no miedo extremo, que podría anticipar que el suelo está más cerca.
Todo depende de lo que dure la turbulencia actual. Si de verdad la inflación está tocando techo el mercado se relajará. Y si la guerra se encapsula en el Donbás y se reduce el riesgo de un corte del suministro de gas, el impacto económico irá amainando. Y China debería de ir relajando las restricciones por el Covid, y las cadenas de suministros volverán a mejorar.
Mercado bajista
Bank of America señalaba ayer en un informe que los mercados bajistas en los últimos 140 años han supuesto un descenso medio de los precios de 37,3% y han tenido una duración de 289 días. Aunque la historia no siempre se repite, de seguir este patrón, el mercado bajista actual terminaría el 19 de octubre de 2022 con el S&P 500 en 3.000, puntos (un 27% por debajo del nivel actual) y el Nasdaq en 10.000 (supone caer un 17%).
"La buena noticia es que muchos valores ya están ahí, por ejemplo, 49% del Nasdaq está un 50% por debajo de sus máximos de 52 semanas, y 77% del índice, en un mercado bajista, es decir, con un descenso superior a 20%", señala Bank of America. Añade como nota positiva que los mercados bajistas son más rápidos que los alcistas.
Ben Laider, estratega de eToro, señala que estamos en un nuevo mundo de inversiones, con mayor volatilidad, menor rentabilidad, tipos de interés más altos y menor crecimiento económico. "Lo que ha funcionado en los últimos años es poco probable que funcione en este entorno", comenta y apuesta por valores baratos y defensivos.
Comenta que los inversores esperan un ciclo agresivo de subidas de tipos de interés por parte de la Fed hasta 3,5% el año que viene, y la inflación ya está en 8,5%. Cualquier "noticia menos mala" en las próximas semanas podría hacer reaccionar a los mercados al alza.
Amundi prefiere para el contexto actual compañías value de calidad frente a los valores de crecimiento (growth). "La alta inflación y el aumento de los tipos pueden ejercer más presión sobre las valoraciones de las compañías growth", señala la firma.
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