En el caso de Perú, Chile y Colombia, la política macroeconómica ha proporcionado a estas economías un colchón contra un agotamiento potencial en los influjos de inversión, indicó la firma en un reporte.
Las empresas de América Latina están preparadas para soportar el impacto de la eventual decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de recortar sus estímulos monetarios, pese a que enfrentarán mayores costos de financiamiento y un menor acceso al crédito, dijo Moody’s Investors Service.
Bancos y empresas de Brasil, Chile, Colombia, México y Perú se han fortalecido en años recientes, lo que supone un respaldo para sus bonos, según un reporte del analista senior de crédito, Mauro Leos.
Según sus estimaciones, los costos del crédito para esos países pueden subir hasta 1.5 puntos porcentuales para fines del 2014, cuando se espera que la FED haya reducido y posiblemente terminado sus compras de bonos por US$85,000 millones mensuales.
De los cinco países considerados, México es probablemente el más expuesto a una reducción de los flujos de capital tras los recortes de los estímulos por su cercanía a Estados Unidos. No obstante, como en el caso del resto, su vulnerabilidad a condiciones financieras más estrictas es baja, porque las autoridades económicas pueden adecuar sus políticas o incluso intervenir.
“La región es más resistente a un alza de las tasas de interés y a la salida de inversiones que durante las crisis financieras de la década de 1990 y comienzos de la década del 2000”, escribió Leos.
“Si bien el cambio de ambiente no tendrá el mismo efecto para todos los prestatarios, la calidad del crédito de los soberanos, subsoberanos, bancos, corporativos y emisores de infraestructura latinoamericanos debería resultar resistente.”
El informe de Moody’s llega en momentos en que crecen las preocupaciones de que años de gastos gubernamentales y domésticos desenfrenados dejaron a la economía de Brasil, y por tanto a algunas de sus compañías más grandes, expuesta a la inestabilidad del mercado global.
Según el Banco Central de Brasil, la acumulación de deuda extranjera en las compañías financieras y no financieras de Brasil casi se duplicó al final de junio, a US$173,000 millones desde US$90,000 millones en diciembre de 2008.
Un fuerte balance de pagos y una menor dependencia en el financiamiento externo limitarán el impacto de tasas de interés más altas en Estados Unidos, agregó Leos en el informe.
En el caso de Perú, Chile y Colombia, la política macroeconómica ha proporcionado a estas economías un colchón contra un agotamiento potencial en los influjos de inversión. Actualmente, la inversión extranjera directa alcanza para ayudar a financiar el déficit en las cuentas corrientes de los países.
Según el informe, un alza en los costos del endeudamiento global y un financiamiento más estrecho tendrían un impacto limitado en las compañías no financieras en los próximos dos años. El riesgo de oscilaciones fuertes en las monedas podría dañar más las finanzas de las aerolíneas y las compañías siderúrgicas y de telecomunicaciones, dijo el reporte.
Entre las empresas de electricidad y las firmas de infraestructura, “los proyectos de autopistas de peaje y generadores de energía en etapas tempranas que dependen de tarifas de libre mercado son las más expuestas”, señaló el reporte.
Igualmente, las finanzas estructuradas -o la emisión de deuda respaldada por activos- podría ofrecer financiamiento alternativo para bancos y compañías del sector real, agregó el informe.
No obstante, también podría haber un efecto adverso en el crédito para valores respaldados en el consumo brasileño debido al alza de las tasas y, en una potencial desaceleración económica, una disminución en el desempeño del colateral.