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En Argentina, donde se superponen alrededor de una docena de tipos de cambio diferentes, el gobierno está creando cada vez más reglas sobre quién puede acceder a los dólares
Los funcionarios del gobierno implementarán el miércoles nuevos impuestos aplicados a la tasa de cambio oficial para viajes al extranjero antes de la Copa del Mundo en Qatar el próximo mes y para los locales que asisten a conciertos de artistas como la banda de rock británica Coldplay. Las últimas iteraciones se suman a las reglas monetarias recientes y las tasas específicas para el sector tecnológico y los exportadores de granos, acumulando una sopa de letras de tipos de cambio paralelos existentes.
La tasa oficial es de 150,7 pesos por dólar mientras que el mercado negro cotiza a unos 280 pesos en las calles de Buenos Aires.
A diferencia de la mayoría de sus pares del Grupo de los 20, Argentina no tiene una moneda de libre flotación. El gobierno del presidente Alberto Fernández controla la caída mínima diaria del peso a través de una telaraña de controles de divisas, congelamiento de precios y restricciones a la importación con el objetivo de proteger las menguantes reservas de dólares.
La estrategia choca directamente con las recomendaciones de política monetaria del Fondo Monetario Internacional, que requieren una exención formal durante la revisión más reciente del programa de 44.000 millones de dólares del país, el más grande para el prestamista de Washington.
“Las restricciones cambiarias y las prácticas de múltiples divisas deben eliminarse a medida que las condiciones lo permitan y la cobertura de reservas se fortalezca”, dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en un comunicado sobre Argentina la semana pasada, y señaló que tales políticas “no son un sustituto de una política macroeconómica sólida”.
Múltiples Tarifas
Aunque los tipos de cambio alternativos no son nuevos en Argentina, han prosperado durante los últimos tres años bajo Fernández, incluido un tipo de cambio de uso común en los mercados y otro para tarjetas de crédito que también cotizan por encima del peso oficial. El más utilizado de estos, conocido por los argentinos como el "dólar azul", es un tipo de cambio en efectivo de flotación libre.
Todo es consecuencia de los esfuerzos de Fernández por evitar una repentina devaluación de la moneda vista como desestabilizadora para el mercado y los consumidores, quienes ya están lidiando con una inflación que se estima terminará el año en 100% .
De cara a las elecciones presidenciales del próximo año, los líderes de su coalición gobernante consideran que una devaluación es políticamente dañina por el impacto que tendrá en la inflación y los salarios, según legisladores de alto rango que pidieron no ser identificados al hablar sobre la estrategia.
Si bien las restricciones ayudaron a contener parte de la hemorragia de reservas , al mismo tiempo crearon un sistema cada vez más burocrático en el que las empresas y los consumidores enfrentan altos costos de transacción y la inversión extranjera tiene pocos incentivos para traer dólares al país.
Y al mantener el valor del peso artificialmente alto, los exportadores que se ven obligados a vender a ese tipo de cambio pierden dinero -de ahí la renovada presión del gobierno para darles condiciones especiales- mientras que los ahorristas exigen cada vez más dólares baratos para protegerse contra la aceleración de la inflación.
Las medidas gubernamentales “son curitas que crean distorsiones”, dijo María Castiglioni, directora de la consultora C&T Asesores en Buenos Aires. “Esta es una forma de devaluar por pasos: Subir los impuestos al turismo en el exterior para contener la fuga de dólares”.
He aquí un vistazo a algunos de los tipos de cambio de Argentina:
la tarifa oficial
Tarifa: 150 pesos por dólar
El tipo de cambio oficial de Argentina está muy restringido. Las personas solo pueden cambiar legalmente pesos en un banco a la tasa oficial por no más de $ 200 por mes y deben pagar dos impuestos que agregan aproximadamente el 75% al costo.
El azul"
Tasa: 280 por dólar
El tipo de cambio al que más comúnmente acceden los argentinos, el “dólar azul”, es un tipo de cambio en efectivo de flotación libre que se encuentra en las calles de Buenos Aires, incluso si es técnicamente ilegal.
las tasas de mercado
Tasa blue-chip: 306 por dólar
Argentina también tiene tipos de cambio flotantes para los inversores que compran acciones y bonos. Para transacciones locales se utiliza un tipo de cambio conocido como “dólar MEP”, mientras que para operaciones que finalizan en el exterior se utiliza el tipo de cambio blue-chip o “dólar CCL”.
Tarjeta de crédito
Tasa: 275 por dólar
Para compras mensuales inferiores a $300 al mes, tipo de cambio implícito que combina la tasa oficial de Argentina con los dos impuestos que se cobran a las tarjetas de crédito para compras en moneda extranjera además de pesos.
dólar catarí
Tasa: 300 por dólar
Para compras mensuales superiores a $300 al mes, un tipo de cambio implícito que combina el tipo oficial con los dos impuestos existentes y un nuevo tercer gravamen del 25%. La tarifa implícita comienza el miércoles y se asocia con miles de argentinos que viajan a Qatar para la Copa del Mundo, el evento deportivo más importante del mundo.
Dólar de Coldplay
Tasa: 195 por dólar
Los argentinos que asistan a conciertos de artistas que cobren en moneda extranjera pagarán un impuesto del 30% adicional al valor de la entrada. Informalmente lleva el nombre de la banda de rock británica, que este mes tocará en 10 shows con entradas agotadas en Buenos Aires.
dólar de soja
Tasa: 200 por dólar
El dólar de soya , un tipo de cambio fijo diseñado por el gobierno, duró unas tres semanas en septiembre y generó ganancias de exportación a corto plazo con algunas preocupaciones a largo plazo de una mayor inflación causada por una cantidad inflada de dinero que circula en la economía.
Incentivos tecnológicos
Las empresas tecnológicas pueden retener el 30% de los dólares de las ventas adicionales en el extranjero en lugar de tener que cambiarlos a pesos, como estaba la ley antes. Los dólares están destinados a los salarios de los empleados.
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