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El consejo de la entidad financiera ha acordado desprenderse de su participación del 9,3% en la petrolera a través de un programa de ventas. Ese paquete alcanza un valor de mercado superior a los US$2.900 millones.
CaixaBank está a punto de poner fin a su histórica relación con Repsol, que se remonta a principios de la década de los noventa del siglo pasado. El consejo de administración del banco ha acordado poner a la venta la participación que aún conserva en la petrolera y que asciende al 9,36%. Este paquete está valorado en más de US$2.900 millones a precios de mercado.
CaixaBank saldrá del capital de Repsol en varias operaciones. Por un lado, a través de la liquidación anticipada de dos contratos de permuta de renta variable (equity swap) que suman un 4,61% del capital. Y de otro, mediante la venta en el mercado del 4,75% restante. Ese proceso de venta comenzará "inmediatamente" y CaixaBank prevé que concluya antes de finales del primer trimestre del año que viene.
La entidad que preside Jordi Gual aclara que las ventas de títulos se limitarán a un máximo del 15% del volumen negociado en el día y que su número dependerá de "las condiciones del mercado y de una cotización que asegure que los ingresos obtenidos representen un valor razonable para los accionistas de CaixaBank".
Impacto negativo de US$525 millones
CaixaBank estima que la salida del accionariado de Repsol le supondrá unas pérdidas extraordinarias de US$525 millones, que la entidad contabilizará ya en los resultados del tercer trimestre.
El banco estima, sin embargo, que los efectos sobre su ratio solvencia CET1 fully loaded (incluyendo ya las nuevas exigencias de Basilea) serán prácticamente neutros.
Gual y Gortázar salen del consejo
La decisión de abandonar el capital de Repsol ha traído consigo la renuncia de los dos representantes de CaixaBank en el consejo de la petrolera: Jordi Gual y Gonzalo Gortázar, presidente y consejero delegado de la entidad financiera, respectivamente.
El actual presidente de Repsol, Antonio Brufau, fue nombrado en octubre de 2004 a propuesta de La Caixa, entidad de la que hasta ese momento era director general. De hecho, abandonó su cargo en la entonces caja de ahorros "en una excedencia especial", según figura en la memoria anual de la entidad de ese año, en el que la participación de la Caixa en Repsol se elevaba al 12,5%.
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