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En Asia, los pedidos de exportación de Taiwán se contrajeron inesperadamente debido a que la demanda de los clientes chinos se desplomó
Los mercados inmobiliarios de todo el mundo se están desacelerando drásticamente, lo que pone de relieve un sector que es muy sensible a los aumentos de las tasas de interés.
Las ventas de casas nuevas y pendientes cayeron en los EE. UU. en julio a mínimos de varios años, mientras que la caída en Australia está aumentando el riesgo de una recesión. El valor de las viviendas en Londres se mantiene estable o está cayendo en casi la mitad de los distritos de la ciudad, y la recesión inmobiliaria en China está poniendo a prueba si el banco central puede apegarse a su estrategia de estímulo ligero.
En otros lugares, las medidas clave del crecimiento de EE. UU. divergieron en la primera mitad del año y el gasto ajustado por inflación aumentó a un ritmo lento el mes pasado. En el Reino Unido, los funcionarios están pensando fuera de la caja para resolver la crisis energética de la nación.
El gasto de los consumidores de EE. UU. aumentó a un ritmo lento en julio, incluso cuando los estadounidenses obtuvieron cierto alivio en los precios, lo que indica que la economía está sintiendo los efectos de la inflación más alta en una generación. Aunque la cifra general de inflación de la Fed disminuyó, los sueldos y salarios aumentaron un sólido 0,8 % en julio, lo que puede generar más preocupaciones sobre el arraigo de la inflación en la economía.
Las principales medidas del gobierno sobre el crecimiento de EE. UU. apuntaron en diferentes direcciones en la primera mitad de 2022, lo que se sumó al debate en curso sobre la salud de la economía. El PIB ajustado por inflación, o el valor total de todos los bienes y servicios producidos en la economía, disminuyó a una tasa anualizada de 0,6% en el período de abril a junio. Sin embargo, la otra medida oficial de crecimiento económico menos conocida, conocida como ingreso interno bruto, subió simultáneamente a una tasa de 1,4%.
Las ventas pendientes de viviendas en EE. UU. cayeron en julio por sexta vez este año al nivel más bajo desde el comienzo de la pandemia, extendiendo la fuerte caída del mercado inmobiliario a medida que los altos costos de los préstamos marginan a los posibles compradores. Datos separados mostraron que las ventas de casas nuevas cayeron en julio por sexta vez este año al ritmo más lento desde principios de 2016.
En Europa, las ideas que alguna vez fueron impensables están comenzando a ganar terreno entre los expertos que buscan cómo resolver la crisis energética del Reino Unido. Las sugerencias de políticos, exministros, analistas de energía y economistas que se hacen eco de las soluciones de la década de 1970 incluyen la nacionalización de la industria, la fijación de precios, la manipulación de los mercados mayoristas de energía e incluso el cierre de la industria.
El fin del dinero barato. Aumento de los precios de la energía y una inflación paralizante. Una recesión en el horizonte. Para el mercado inmobiliario del Reino Unido, esa combinación tóxica está alimentando la preocupación de que se avecina una fuerte corrección.
En Asia, los pedidos de exportación de Taiwán se contrajeron inesperadamente en julio debido a que la demanda de los clientes chinos se desplomó, y los funcionarios ahora advierten que se avecinan más caídas. Una disminución de 22,6% en los pedidos de China y Hong Kong, que, combinados, son la segunda mayor fuente de demanda después de EE. UU., fue el principal impulsor de la sorpresiva caída, según muestran los datos del ministerio.
La crisis del mercado inmobiliario de China está poniendo a prueba si el gobernador del banco central, Yi Gang, puede apegarse a su estrategia de estímulo ligero. Yi prometió recientemente que la política monetaria seguirá siendo "adaptativa" para respaldar la economía, pero hay un límite implícito de hasta dónde llegará el PBOC.
Los aumentos vertiginosos de las tasas de interés de Australia están sacudiendo a los hogares fuertemente endeudados de la nación y amenazando con una caída de la propiedad en una escala no vista desde la víspera de la recesión de 1991.
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