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El panorama se encrudece por el estrés político, el escaso poder adquisitivo de los consumidores y y la desaceleración del impulso económico de los negocios
Entre enero y junio se marcó récord por la baja actividad de emisiones transfronterizas en América Latina. Varias empresas han postergado o cancelado nuevas emisiones de bonos. Las deudas corporativas de la región se pronostica que alcancen cifras de US$14.300 millones con vencimiento para 2024, por lo que probablemente acudan a refinanciamiento.
El panorama de América Latina en el entorno crediticio se ha tornado complejo. Las necesidades de refinanciamiento de las entidades no financieras influirán en la actividad de emisión de la región, por los menos hasta 2023, según informe de Moody’s Investors Service.
Ante esto, las empresas se enfrentan a un entorno crediticio ajustado, por lo que tendrán dificultades para refinanciar la deuda de baja calidad crediticia.
Con este panorama, las empresas de la región han recurrido a los mercados capitales locales y a las instituciones financieras locales e internacionales para poder cumplir con algunos de sus esfuerzos de gestión de pasivos.
Esta situación, se debe por factores como las condiciones financieras ajustadas, altos diferenciales de crédito y salidas de fondos de mercados emergentes, esto luego de la invasión militar Rusia a Ucrania y el aumento de las tasas de interés de Estados Unidos para controlar la inflación.
En América Latina, el panorama se encrudece por el estrés político, el escaso poder adquisitivo de los consumidores y y la desaceleración del impulso económico de los negocios.
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