Nuestra importancia en el desarrollo nacional

Presidente de Fedetranscarga

La empresa de transporte de carga es el agente que asume la responsabilidad jurídica, financiera y operativa del contrato de transporte, asegura la continuidad del servicio, protege la integridad de la mercancía, garantiza la trazabilidad de la operación y responde ante retrasos, pérdidas o daños.

Nuestro actuar resulta crítico para la economía nacional, pues sostiene la movilidad de bienes esenciales y gestiona riesgos complejos que se presentan en un entorno operativo marcado por los conflictos propios de la actividad del transporte de carga, la inseguridad tanto física como jurídica, los bloqueos, las contingencias en la infraestructura y las exigencias legales, las cuales perjudican nuestra eficiencia.

A ello se suma un manejo inadecuado de la macroeconomía nacional, con posibles aumentos desmedidos en el salario mínimo que, en un contexto de inflación y baja producción, amenazan con profundizar las tensiones sobre la estructura de costos de las empresas transportadoras, determinando que hoy administremos riesgos financieros que afectan nuestra sostenibilidad económica.

Como gremio, nos corresponde exaltar la importancia trascendental de la empresa de transporte de carga como un eslabón estratégico de la economía nacional. Nuestra capacidad administrativa, financiera y operativa en un país complejo -social, geográfica y logísticamente- requiere de empresas transportadoras fuertes, con herramientas para anticipar, absorber y mitigar riesgos crecientes en la cadena logística.

Las barreras que la política pública ha establecido mediante nueva normatividad han generado presiones financieras y operativas que comprometen la sostenibilidad económica de la empresa de transporte de carga y podrían convertirse en frenos innecesarios al crecimiento del sector, la reposición del parque automotor y la calidad del servicio. Algunas tienen efectos directos sobre los costos operativos, como lo relacionado con las cargas regulatorias y los costos logísticos derivados del Decreto 1017 de 2025.

También destacan los incrementos abruptos del precio del Acpm, que requiere una fórmula de costos regulados que aproveche la ventaja de ser autosuficientes en este energético, permitiendo administrar las presiones inflacionarias, incentivar la producción y evitar impactos regresivos en los hogares. Es una discusión que debemos retomar.

El incremento en la autorretención, de conformidad con el Decreto 572 de 2025, contraría los principios de eficiencia, sostenibilidad y equidad tributaria al tener como objetivo explícito aumentar el recaudo, reduciendo la capacidad de inversión y los recursos destinados a la operación, entre otros efectos. Advertimos de manera oportuna al Ministerio de Transporte que estas normas podrían generar una crisis mayor. Los gremios reclamamos realismo operativo, gradualidad y un diálogo efectivo dentro de un marco jurídico que estimule la iniciativa privada y permita que la empresa sea motor de desarrollo.

Promover la competencia en el transporte de carga es esencial para la competitividad del país. Por eso el mercado debe tener espacio para funcionar sin intervenciones que frenen su dinámica. Es indispensable proteger y apoyar a los actores del sector y vigilar posibles abusos, evitando medidas que distorsionen la operación. En Fedetranscarga analizamos estos retos con rigor para comprender su verdadera dimensión, ofreciendo elementos que contribuyan a la discusión pública basada en datos y criterios técnicos.

La diversificación económica del país puede convertirse en un motor de demanda estable y sostenible. La recuperación de la inversión productiva es esencial para que todos los sectores puedan crecer y aportar al bienestar nacional. El verdadero éxito logístico del país radicará en integrar tecnología, competencia leal y colaboración entre industria, transporte y Estado. Modernizarnos sin excluir, crecer juntos e innovar de manera articulada, progresiva y colaborativa son los desafíos que nos propone hoy un país que pretende superar las adversidades que, inmerecidamente, hoy enfrentamos.