Los indicadores hablan bien de Santa Marta

Santa Marta vive un momento histórico: tras sus 500 años de fundación, la ciudad más antigua de Colombia ha consolidado una recuperación económica sostenida que la posiciona como uno de los territorios más dinámicos del Caribe. Según el Dane, la capital del Magdalena cerró junio con una inflación de 1,4%, la más baja entre las principales ciudades del país y muy por debajo del rango meta del Banco de la República, mientras que su tasa de desempleo se ubicó en 7,7%, la tercera más baja a nivel nacional. Además, logró reducir la pobreza monetaria en 3,6 puntos porcentuales, un avance que refleja estabilidad estructural y políticas efectivas de empleo y emprendimiento.

El motor de esta transformación está en la combinación de inversión, formalización laboral y diversificación económica. Sectores como el comercio, la reparación de vehículos y, sobre todo, el alojamiento y servicios turísticos sostienen buena parte de la dinámica local. Desde la Administración Distrital destacan que programas de empleabilidad han permitido reducir la tasa de desocupados y ampliar oportunidades para los samarios.

El comportamiento de precios bajos también tiene un componente estructural: un costo de vida estable, menores presiones sobre bienes no transables y una logística portuaria eficiente, que facilita el acceso a alimentos y productos agrícolas de toda la región Caribe. Este escenario ha dado margen para que estrategias como las Ferias Campesinas y los canales de comercialización directa mejoren los ingresos de la ciudadanía, impulsando la economía local sin trasladar presiones inflacionarias. Pero si hay un factor que explica el buen momento de Santa Marta es su industria turística.

La ciudad cerró 2024 con más de 3 millones de visitantes, generando ingresos estimados por $422.000 millones y consolidando al turismo como el principal motor económico, responsable de cerca de 50% de los empleos formales. La llegada de visitantes extranjeros también crece: en 2024 ingresaron 60.386 turistas internacionales, y el arranque de 2025 ya proyecta una temporada histórica. El turismo de cruceros ha tomado especial relevancia. En 2024, el puerto recibió 24 recaladas de cruceros con más de 40.000 pasajeros, y para 2025 la meta es superar las 30 llegadas, aprovechando la ampliación de muelles turísticos y la promoción internacional de la ciudad como destino náutico.

Esta conectividad marítima se suma al dinamismo del Aeropuerto Simón Bolívar, que movilizó 1,36 millones de pasajeros nacionales en 2024, con un crecimiento de 10,9% interanual, impulsando la economía desde la estacionalidad turística hasta la actividad hotelera y comercial. Aun así, la ciudad enfrenta retos. La informalidad laboral sigue siendo alta, ubicándola como la cuarta ciudad con mayor porcentaje de empleo no formal en el país, y la pobreza monetaria, aunque en descenso, mantiene a Santa Marta entre las 10 capitales con mayor incidencia.

Por ello, el distrito trabaja en una mesa de formalización junto a entidades locales y nacionales para garantizar que el crecimiento económico se traduzca en bienestar sostenible. El balance es positivo: ha encontrado en el turismo sostenible, la inversión en infraestructura portuaria y aeroportuaria, y el fortalecimiento de su tejido empresarial, la ruta para proyectarse como un referente económico del Caribe. Entre playas, cruceros y una historia de cinco siglos.