El fabricante japonés de pantallas Sharp Corp, proveedor de Apple Inc, buscará impulsar sus ventas al principal rival del fabricante del iPhone, Samsung Electronics Co, de la mano de un plan de recuperación de tres años para asegurar su supervivencia.
El plan de negocios, que se conocerá el martes, se apoyará más en los bancos que el año pasado salvaron a la compañía de un colapso, en parte a través de un bono convertible de 200.000 millones de yenes (US$2.000 millones) que vence en septiembre, dijeron la semana pasada.
Sharp solicitará un préstamo adicional de 150.000 millones de yenes este año a sus bancos para ayudar a cumplir con sus obligaciones de deuda en el corto plazo, y dará a los prestamistas un número de altas posiciones gerenciales, dijeron las fuentes bajo condición de anonimato.
Sharp también difundirá sus resultados anuales y las proyecciones para el año fiscal que culminará el 31 de marzo del 2014, periodo en el cual tendrá ganancias operacionales por 52.900 millones de yenes según el promedio de estimaciones de 13 analistas encuestados por Thomson Reuters.
El plan de la compañía se enfocará en una ganancia operacional anual de 150.000 millones de yenes para el ejercicio annual que culminará en marzo del 2016, impulsado por mayores despachos de pantallas a su socio surcoreano Samsung , dijeron las fuentes.
Sharp reportó una ganancia operativa anual en el rango de 100.000 a 200.000 millones de yenes durante los cinco años anteriores al ejercicio 2008, antes de que sus negocios de televisores y pantallas fueran golpeados por el exceso de capacidad, la fortaleza del yen, y la dura competencia de rivales coreanos y taiwaneses.
Sharp recibió un rescate en octubre del año pasado por 360.000 millones de yenes en préstamos de emergencia por parte de Mizuho Financial Group y Mitsubishi Financial Group , entre otros bancos.
Para asegurar el rescate, la compañía tuvo que hipotecar oficinas y fabricas en Japón, incluída una que fabrica pantallas para el iPad y el más reciente modelo del iPhone de Apple .
La compañía también acordó recortar 10.000 puestos de trabajo de su fuerza laboral y buscar compradores para sus activos extranjeros, que incluyen las plantas de ensamblaje de televisores en China, Malasia y México.