“Invertiremos otros US$100 millones en Colombia durante los siguientes cinco años”

Hay dos tipos de esmeraldas, y no solo definidas por su calidad, sino por la diferencia de procedencia, es decir, la informal o la legal que incluso logra sellos internacionales y es vista con transparencia ante cualquier mercado global, este último es el caso de Fura Gems que opera en Colombia por medio de Fura Coscuez.

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Se trata de una multinacional dedicada a la producción y comercialización de piedras preciosas. En 2018 adquirieron la mina Coscuez, en Boyacá, un total de 47 áreas de extensión que ya ha recibido US$120 millones en inversiones.

Pero según confirmó Sanjay Kumar, director general de Fura Coscuez, el proyecto minero de esmeraldas en Colombia es tan importante, que alistan otro paquete de US$100 millones en inversiones, estas platas se dividirán en un promedio de US$20 millones por cada uno de los siguientes cinco años.

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Así, la operación de la mina seguirá fortaleciendo el trabajo de Fura Gems, no solo en nivel operativo sino con programas de responsabilidad social en la región boyacense, así como logrando cada vez mostrar a nivel internacional la calidad de esmeraldas que se pueden encontrar en Colombia.

¿Cuál es el potencial de Colombia para ustedes como multinacional minera?
Lo que esperamos invertir es más o menos US$20 millones, son las inversiones anuales en desarrollo de la mina, diferentes a los costos fijos de la operación. No nos comprometemos con millones en ventas porque depende de las zonas a las que se llegue en la mina esos permisos del Estado colombiano.

Van US$120 millones en inversiones acumulados, pero la mina desarrollada es que se llegue a US$100 millones, es decir otros cinco años de inversión.

¿Qué balances hay de los primeros cinco años con la mina de Coscuez?
Fura es una empresa que fue fundada en 2018, empezó en Canadá, empieza justamente con el negocio de la esmeralda. El propósito de Fura es ser el actor principal a nivel global en la minería de piedras preciosas de Colombia, se empieza con la mina de Coscuez. Pero luego se introduce el portafolio, minas de rubíes en Mozambique, de zafiros en Madagascar y Kenia, y zafiros en Australia. Ahora mismo tenemos las tres piedras preciosas más importantes.

Posteriormente Fura se traslada a Dubái, registrados en EAU, pero particularmente en Colombia es un negocio con mucha historia, es una mina explotada hace 400 o 500 años, pero de forma artesanal. Lo que siempre quiere hacer Fura es profesionalizar, tecnificar la minería de esmeraldas en Colombia. La esmeralda está en otras partes del mundo, Brasil, Afganistán, Zambia, pero la colombiana siempre será la número uno. Eso es lo que hace Fura, grandes inversiones en tecnificación y responsabilidad social corporativa o empleo, hoy tenemos casi 750 personas en la operación local, y se benefician más de 8.000 de la comunidad con un ecosistema de US$120 millones.

¿Si bien operan en África, qué diferencial aporta Colombia con sus esmeraldas?
Coscuez es una mina que ha sido explotada hace años, pero lamentablemente el negocio de la esmeralda en Colombia se ha asociada con cosas malas. La guerra verde, todo lo que ocurrió en Boyacá con ella. Lo que hemos querido hacer es volver a colocar la esmeralda en el número uno porque en calidad sabemos que así es, Zambia u otros de África pueden tener más volumen, pero la calidad colombiana es mejor. Queremos cambiar la percepción del mercado internacional sobre la esmeralda colombiana.

La esmeralda colombiana dejó de asociarse con guerra o violencia, la esmeralda ahora es un producto de orgullo. Nuestras plataformas de comercialización son abiertas a todos los mercados, transparentes, es decir, los clientes se inscriben, participan de las subastas, y luego tendrán una segunda exhibición en Bangkok. Clientes de Asia y Europa se están interesando más por la esmeralda de Colombia.

¿Cuántos han sido los aportes por regalías?
No solo el tema de la imagen de la esmeralda a nivel mundial, sino el desarrollo económico para la región y la Nación. En este sector de minería de esmeralda, por primera vez, una empresa ha invertido más de US$120 millones en cinco años. Además, en pagos al Estado por regalías e impuestos van otros $50.000 millones, y la plataforma de responsabilidad social corporativa; tenemos una cadena de entrenamiento para gente local, becas que pagamos 100% de la carrera profesional a más de 100 jóvenes de la región, proyectos productivos, el que no se quiere dedicar a minas sino a otros del agro, la empresa los financia. No es entonces solo imagen sino el desarrollo económico de la región. Recibimos la empresa con cinco empleados y hoy son casi 750.

¿Ven riesgos en la estabilidad jurídica?
Nuestra compañía no ha sentido la incertidumbre legal o inseguridad jurídica, de hecho, hemos recibido el apoyo del Gobierno, trabajamos con ellos para entender cuáles son las necesidades de la comunidad. Nosotros, durante lo que va del Gobierno, no hemos sentido en riesgo el proyecto.

¿Cómo miden las metas?
En otras empresas mineras el cálculo es toneladas, miles de gramos u onzas, pero en esmeraldas no es continuo, en una sección puede haber y en otras no. Tiene su componente científico, pero no es algo tan directo como otro tipo de minería. Si hablamos de cantidad de quilates puede mostrar valores distintos según su calidad, 200.000 quilates pueden subir o bajar según calidad. De momento el depósito es muy bueno, nos ha dado bastantes resultados, pero depende incluso también de los permisos del Gobierno.

Vienen de lograr una alianza con GRS, ¿qué representa para la comercialización?
Esta alianza con GemResearch Swisslab es muy importante para nosotros y el sector, o la esmeralda colombiana. Con la certificación de ellos, es uno de los laboratorios más importantes del mundo, no solo para esmeraldas. El beneficio es que no solo se certifica la calidad de la esmeralda, sino que va mucho más allá. Garantiza el origen legal de la esmeralda, sostenible, ambiental y social. Tuvimos una visita y ellos hacen una debida diligencia de la compañía, porque antes de firmar un certificado ven que la empresa esté cumpliendo con la comunidad, impuestos, contratos de concesión en regla; cuando la esmeralda llega al comprador final, le dará esa garantía.