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Lo que pretendía el país centroamericano era la plataforma continental, es decir, una extensión de más de 200 millas marinas
Ayer, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) puso punto final a las pretensiones de Nicaragua sobre las aguas marítimas del país y reiteró la soberanía de Colombia, no solo sobre las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sino que también cubrió los cayos que el país centroamericano buscaba nuevamente.
Con Nicaragua ahora solo queda la diplomacia, pues, según expertos, entre lo que queda pendiente por revisar con el país vecino están temas de pesca, medio ambiente y petróleo. El control del narcotráfico también es un tema sensible.
Raúl Ávila, docente de la Universidad Nacional, señaló que “Colombia queda con las ventajas del uso de la plataforma marítima en cuanto a los desarrollos de pesca e industria naviera y marítima, económicamente reafirma sus desarrollos de protección de plataforma continental”.
Y en ese sentido, “Nicaragua no va poder reclamar sobre plataforma marítima ni explotar el suelo del territorio”, aseguró.
Sin embargo, se abre una posibilidad a una salida negociada con Nicaragua, ya que este país podría buscar extraer recursos del fondo marino de la ZEE colombiana. Además, Colombia tiene derechos de pesca en el mar, cerca de 75.000 kilómetros, que perdió en años anteriores.
Entonces, quedan algunos temas pendientes. “Lo que hay que negociar va más allá del fallo de 2012. Necesitamos, en este momento, negociar cómo proteger el medio ambiente, acuerdos para la pesca tradicional de la comunidad raizal, cómo seguir vigilando temas de narcotráfico de forma mancomunada para que el favorecido sea el mar Caribe”, aseguró Ricardo Abello, profesor de Derecho Internacional de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.
Sebastián Bitar, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, aseguró que esta decisión pone sobre el escenario nuevamente el fallo de 2012. “Nosotros todavía no tenemos un acuerdo con Nicaragua sobre cómo se aplica ese fallo. En Colombia, en 2012, el Gobierno se negó a determinar que la decisión de la Corte sobre el mar alrededor de San Andrés era la última palabra en las fronteras marítimas de Colombia y Nicaragua”.
Para Bitar, hay un problema muy serio y político interno dentro de Colombia y es que el Presidente no puede solamente firmar un tratado y ya declararlo vigente. Solo puede firmar un tratado que después lleve al Congreso, y este lo tiene que ratificar.
“Seguimos estando en un espacio en donde el Presidente podría tratar de tomar decisiones, podría tratar de negociar un tratado con Nicaragua para ponerle fin completamente a la disputa entre los dos países, pero va a ser muy difícil que un tratado que negocie el presidente Gustavo Petro en este momento, que reconozca los límites que fueron decididos por el fallo de la de la Corte de La Haya en 2012, pase por el Congreso y sea victorioso”, señaló Bitar.
Lo que pretendía el país centroamericano era la plataforma continental, esto se refiere al espacio que está por debajo de la zona exclusiva de Colombia, por más de 200 millas marinas. Expertos han señalado que la razón de la disputa es que esa plataforma es lecho y subsuelo marino en donde hay potencial de petróleo y gas que se puede explotar.
Enrique Prieto, docente de derecho internacional de la Universidad del Rosario, desde una perspectiva jurídica, dijo que cuando la CIJ saca un fallo y alguno de los países no lo cumple, quien entra a jugar un papel es el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero actualmente este tiene temas más relevantes como la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que no pone como prioridad este caso.
“Queda en un ámbito político y en lo que determinen los dos jefes de Estado cuál será la respuesta ante este fallo. Sería desafortunado que Colombia siguiera con la idea de desconocer el fallo de 2012 (...) Esperemos que este Gobierno tome una decisión más coherente”, señaló.
Además, Prieto indicó que en el caso del petróleo, “todo lo que es explotación del lecho marino, en la zona contigua, contadas las 200 millas en la línea base, desde que estén del lado colombiano se maneja, y pasa lo mismo con Nicaragua. Ahí no hay que negociar nada”.
Sin embargo, el docente aseguró que habría que revisar si Nicaragua sacó licencias sobre lo que esperaban que fuera la plataforma continental extendida y hay explotación, en ese caso, las empresas tendrían que empezar a pagar regalías y entenderse con el sistema jurídico colombiano”.
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