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El Distrito considera que solamente se deben proteger, de toda la extensión que abarca en la actualidad la reserva, 1.600 hectáreas. “En el proyecto se contempla 1,2 millones de habitantes y tendrá un reflejo exacto del uso de suelo de lo que es la sociedad de Bogotá. Esto tendrá estratos bajos, medios y altos. 50% será vivienda de estrato dos, tres y cuatro”, anotó Andrés Ortiz Gómez, secretario distrital de Planeación.
Según el funcionario “nuestra propuesta se basa en estudios que existen sobre el norte en los últimos 20 años y en el que se respeta al milímetro zonas de conservación ambiental como el cerro La Conejera, bosques de las Mercedes, entre otras. Pero hay que decir que la última palabra no la tiene el Distrito sino el Ministerio de Ambiente y la CAR”.
Y mientras la administración distrital lo presenta como una oportunidad para el desarrollo urbanístico de la capital, las campanas de alerta siguen sonando sobre la inconsistencia de llevar a cabo este proyecto, sacrificando el segundo pulmón de la ciudad. Yohir Akerman, columnista de El Espectador, retoma lo que la Corporación Autónoma Regional (CAR) ya había expedido un plan de manejo ambiental en el que la construcción de vivienda nueva, carreteras, escenarios deportivo, uso industrial o comercial del suelo se encuentra prohibido.
De hecho, el documento de la CAR que menciona en su columna Akerman también plantea un escenario ideal, que bajo las pretensiones del proyecto ciudad norte, pasan a ser utópicas.
“Los predios estratégicos de la reserva son adquiridos y destinados al uso potencial protector, de manera que se constituye en un espacio de oxigenación en el norte de Bogotá”, indica el documento. De otro lado, en lo que el Distrito ahora viene trabajando, de la mano del Ministerio de Vivienda y la CAR es en el comité regional de planeación en el que, hasta ahora, está convocando a diez municipios (Cajicá, Chía, Cota, Fusagasuga, Gachancipá, La Calera, Mosquera, Sibate, Soacha y Sopó).
Esto podría ser la primera piedra para levantar el área metropolitana, que no le disgusta al Distrito, aunque requiere de un visto bueno por parte del Congreso de la República. “Nosotros proponemos una planeación articulada respetando la autonomía de cada municipio”, anotó Ortiz. Por ahora se espera la decisión que tome el Ministerio de Ambiente.
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