Algunos cafeteros en Risaralda dejaron de recoger el grano por pérdidas ante daños por El Niño

La situación, según dijo el representante de este departamento en los comités Directivo y Nacional de Cafeteros, Alejandro Corrales, ha llevado a cultivadores de Risaralda a no recoger el grano o a zoquear y dejarlo tirado en los lotes, porque los costos de hacer una recolección son muy altos frente a lo que finalmente facturan, lo que deja para los cafeteros pérdidas.

“Con 60 kilos de café cereza se sacaba una arroba de café pergamino seco para venderla a $80.000. Hoy se necesitan 90, 100 y 120 kilos para sacar la misma arroba que se está facturando a $40.000 o $50.000 por daños ante el verano. Las cuentas no les dan a los cafeteros y por eso muchos han preferido dejar el café en el palo y no recoger porque las pérdidas son altas”, sostuvo.

La consecuencia de ello, dijo, es clara: el evidente aumento de infestación por broca  que derivará en un problema sanitario. Esta plaga, la más importante del café, tiene en los períodos de verano, sobre todo si son extensos y fuertes, y en los granos maduros y sobremaduros que quedan en los palos o caen al suelo, su alimento y hábitat para reproducirse y propagarse.

Sólo en Risaralda se ha encontrado hasta 80.000 brocas volando en cafetales, cifra que sobrepasa los registros históricos de los últimos años. Con 3.000 volano la situación ya es de alerta.

“No podeos obligar a un cafetero a que recoja el café. Lo que estamos haciendo es que el servicio de extensión acompañe y recomienda a los cultivadoresque raspen el café y le den otro tipo de tratamiento”, indicó.

Ante la situación Risaralda planteará este miércoles en el Comité Directivo varias propuestas que ayuden a aliviare la crisis cafetera y salvar la cosecha del segundo semestre del año. “Vamos a proponer que con diferentes bancos se genere líneas de crédito para prorrogar plazos de deudas con vencimientos actualmente y tasas de interés de créditos de fomento para que los cultivadores puedan reconvertir sus parcelas. También plantearemos un programa masivo de fertilización que se inicie en marzo cuando lleguen las aguas. La idea es que llegue al área renovada y que el cafetero elija el fertilizante que necesite de acuerdo a las recomendaciones del servicio de extensión. Esto es para salvar la cosecha del segundo semestre”, agregó.

El directivo dijo que lo que se está vivienda es un problema humanitario  porque en muchas veredas ya no hay agua y los cafeteros no tienen ingresos. Por ello se ha señalado, con algunos alcaldes risaraldenses, la necesidad de declarar la calamidad pública en las localidades con mayores problemas. “La idea es jalonar recursos y hacer inversión rápida en el sector cafetero, en moreros, luleros, plataneros y cañicultores, entre otros, que tienen condiciones económicas complicadas”, sostuvo.