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Analistas 08/03/2022

El momento de las tiranías

Vicente Echandía
Diplomático
Analista LR

No hay forma de evitar escribir sobre la invasión rusa de Ucrania. Para alguien que ha trabajado por varios años en el fortalecimiento de las relaciones internacionales, este es tal vez uno de los hechos más trascendentales después de la segunda guerra mundial. Y lo diferente no es que un país esté invadiendo el territorio de otro.

Tampoco que una potencia utilice la fuerza para instalar un régimen de su gusto. Bastantes ejemplos hemos conocido durante los últimos cincuenta años. Ni siquiera lo es que se estén enfrentando potencias nucleares. Lo hicieron continuamente en lo que se denominaban guerras proxy, en la que ellos peleaban, pero a través de otros.

Lo realmente novedoso es que, por primera vez, dos potencias nucleares están peleando al pie de sus fronteras, elevando la posibilidad de una guerra nuclear como nunca antes en la historia. Finalmente, la doctrina de la Mutua Destrucción Garantizada se puede hacer realidad. No pretendo hacer un análisis de quién está haciendo lo correcto y quién no, ni tampoco contarles cual va a ser el desarrollo de la confrontación y su resultado final. Lo que me interesa de esta situación es que muestra dos tendencias que van a tener una gran influencia en el contexto global hacia el futuro.

Por una parte, el debilitamiento del poder de los Estados Unidos. Aunque sigue siendo de lejos la mayor potencia militar del mundo, ha perdido terreno con China, y no sólo en esta esfera. No está claro en qué momento será, pero varios analistas predicen que en la próxima década China va a sobrepasar a los Estados Unidos como la mayor potencia económica. Súmenle a esto el desbarajuste y la confusión en que se ha convertido el escenario político estadounidense y queda claro que su debilitamiento no es sólo cuestión de perspectiva. Dos eventos lo corroboran.

El primero, la falta de acción del presidente Obama en agosto de 2012 frente al uso de agentes químicos contra la población civil por parte de las fuerzas sirias, una línea roja que había establecido como detonante para escalar la participación de los Estados Unidos en la guerra. El segundo, el 6 de enero de 2021, el día en que manifestantes pro Trump irrumpieron en el congreso de los Estados Unidos buscando negar los resultados que daban ganador en las elecciones a Joe Biden.

La segunda tendencia, es que al tiempo que se ha debilitado el que durante años ha ejercido como policía del mundo, se han fortalecido liderazgos individuales concentrando el poder en regímenes totalitarios con capacidades nucleares. En el caso de Rusia, Putin lleva más de 20 años acabando con cualquier viso de oposición y ajustando las estructuras del poder para su beneficio. En China, Xi Jinping ha crecido su imagen al interior del Partido Comunista y habiéndose eliminado el límite de dos periodos en 2018, ha abierto la puerta para su continuidad después de 2023.

Estos dos liderazgos están aprovechando el debilitamiento de quien durante años los ha mantenido a raya para corregir los agravios que ellos sienten, con razón o no, que históricamente han sufrido. Sin oposición en el escenario internacional, ni necesidad de responder ante sus gobernados, tienen el camino despejado para imponer su visión, amparados en la disuasión que genera el arsenal nuclear.

Hoy la amenaza proviene de Ucrania, mañana será Taiwán.

Por años el mundo ha insistido en la necesidad del consolidar el multilateralismo, con la idea de que el respeto entre todas las naciones, grandes y pequeñas, pueda ser una realidad. Y mientras unos pensábamos que ese era el camino, otros veían la oportunidad para quitarse de encima cualquier limite a su accionar. Sin restricciones adentro ni afuera, ante quien responden esos líderes autoritarios? Vámonos acostumbrando a que la tiranía que han impuesto en sus países la trasladen al resto del mundo.

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