.
Analistas 11/08/2023

Una lectura para Petro

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores

Entre los muchos prototipos y juguetes de Alphonse Pénaud, inventor francés de gran influencia en el desarrollo de la aviación, estaba un pequeño helicóptero impulsado por una goma. Uno de estos terminó en manos de nuestros dos ídolos, cuando aún eran muy pequeños. Su padre era un convencido de la importancia de los juegos didácticos en la formación de los jóvenes. No se equivocó. A los días de recibir el regalo, el menor empezó a armar un aparato volador.

En casa se esperaba que cada uno estuviera siempre en actividades productivas, aprendiendo a tocar un instrumento, a cocinar, leer o trabajar haciendo algún modelo en el pequeño taller del papá.

Estando aún en el colegio, el menor, luego de trabajar en vacaciones en una imprenta, diseñó su propia prensa, utilizando las piedras que un fabricante de lápidas había descartado. Pronto se le unió el hermano y fundaron el periódico “West Side News”, con el fin de mantener informados a los habitantes de su pequeña ciudad. La primera edición la financiaron con la publicidad de 17 negocios ya reconocidos en la localidad. Su inventiva y capacidad de gestión se manifestó desde muy temprano.

Eran fines del siglo XIX y la bicicleta se había convertido en una sensación. Los dos hermanos conscientes de sus habilidades mecánicas vendieron la imprenta y abrieron su taller de bicicletas. Muy pronto aprendieron los misterios de su diseño y montaron su propia fábrica.

Por estos años muere la madre. El padre, quien era un pastor de una iglesia cristiana y debía viajar permanentemente, escribía a sus hijos varias cartas por semana. De esa manera les orientaba y estaba pendiente de su desarrollo. Ellos le contestaban todas sus cartas.

Los dos hermanos Wilbur y Orville, nunca habían abandonado su interés por volar. En 1899 Wilbur escribió una carta al Smithsonian Institution: “Por mis investigaciones y lecturas estoy convencido de que el ser humano puede volar con ayuda de elementos mecánicos y quisiera tener acceso a toda la información que tengan alrededor de este tema”. El Instituto contestó y así se cambió la historia del hombre.

Siendo ya famosos, el mayor de los dos diría: “Si un joven me pidiese un consejo de como triunfar en la vida, le diría que es muy sencillo: “Escoge un buen padre y una buena madre””. Ambos hermanos crecieron en un entorno donde se motivaban todo tipo de intereses intelectuales, investigar y a desarrollar la curiosidad.

El trabajo duro, la honestidad, la perseverancia, nunca desfallecer, investigar, ser metódicos, cuidadosos y por encima de todo la humildad y la austeridad, fue el legado que recibieron Wilbur y Orville. Milton, el padre, no tuvo dinero para pagarles una universidad a sus hijos, pero les dejó lo más importante: LOS VALORES.
Le recomiendo al presidente Petro la lectura de la historia de los hermanos Wright, escrita por David McCullough, ganador dos veces del premio Pulitzer. Así podrá aprender cómo un padre inculca valores a sus hijos. Con dicha lectura se podría animar a renunciar a la Presidencia y dedicarse a reconstruir su familia.

También a convencer a su esposa que deje de brincar y le ayude en esa nueva tarea. Si lo que quiere es cambiar el país, debería recapacitar y convertirse en un buen ejemplo para los miles de padres que abandonan sus hijos y le dejan a la sociedad problemas como el de Nicolás.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA