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La disminución en el ingreso de nuevos alumnos a las universidades en los últimos dos años es alrededor del 7% con tendencia a aumentar. Ante este escenario las empresas e instituciones debemos desarrollar urgente una estrategia para la retención de empleados de alto desempeño, potencial y experiencia; también, para la atracción de nuevos talentos. Sabemos que la competencia por gente buena es cada vez más dura y será cada vez más agresiva, pues la evidencia nos muestra que habrá menos jóvenes profesionales en el mundo laboral y que la competencia del mercado internacional es, para muchos, más atractiva.
El por qué de la disminución de los estudiantes en las universidades, en primera instancia, se debe al decrecimiento de la población colombiana, que ya es una tendencia evidente e indiscutible y que se refleja en cifras como las de ingreso a los colegios. Según el Dane, desde 2009 este indicador disminuyó en el departamento del Valle del Cauca -5.7 ; en Antioquia -2.3 ; en Bogotá - 2.7 y el consolidado nacional es de -1.8. Por ejemplo, en Medellín en los últimos diez años, en los colegios privados, el número de matrículas bajó de 109 mil a 79 mil.
Otro motivo de la disminución de alumnos en las universidades puede ser la tendencia de los millennials de adquirir competencias puntuales para desarrollar sus propios emprendimientos, o potenciar su talento para incursionar en áreas como las expresiones artísticas y deportivas.
Si observamos la calidad de los estudiantes que ingresan al sistema de la educación superior; notamos que, lamentablemente, el número de jóvenes que se gradúan con puntaje alto en las pruebas Saber 11 e ingresan a la universidad disminuyó de 21.9 en 2.006 a 17.8 en 2.010.
Finalmente, en los últimos 5 años los mercados de otros países se han llevado 50.000 profesionales anualmente, pues los salarios en Colombia están lejos de países como Estados Unidos, Australia, Francia, Reino Unido, España y Sur África, en orden de mayor a menor pago.
Hoy los procesos de búsqueda de talentos ya están experimentando dificultades, pues el 53% de las empresas grandes, el 44% de las empresas medianas y el 38% de las empresas pequeñas manifiestan dificultades en llenar las vacantes.
Los discursos de que los empleados deben estar muy agradecidos con la empresa, que los "millennials" son especímenes raros que se pueden retener solo con un saloncito de esparcimiento en la oficina, que los mayores de 55 años ya no sirven y que la gente joven no necesitan filiación con su grupo de trabajo, y comentarios como estos que hay que erradicarlos y generar nuevas aproximaciones respetuosas, inteligentes y pertinentes. Así mismo debemos ser conscientes que jefe que deja ir el talento, está erosionando valor y poniendo en riesgo la institución.
La estrategia, desde ya, es para las juntas directivas de las empresas, las instituciones y las universidades, pues la falta de talento humano es un asunto de sostenibilidad; ya sabemos del déficit, de la competencia y debemos analizar y hacer una nueva ruta para el cuidado de nuestros empleados a través de la atracción, incorporación, desarrollo especifico e individualizado y retención; además tener en cuenta lo que siempre se ha dicho, pero no siempre se ha tomado en serio: lo más importante para el éxito de una empresa, es su gente.